Los dieciséis chasquidos de Peggy Lee

La versión interpretada por Little Willie John en 1956 vendió un millón de copias en Estados Unidos, llegó al tope del Billboard R&B Best Sellers y, ya de paso, enganchó indirectamente a Max Bennett, un talentoso bajista de orejas grandes que justo ese año se había unido a la banda de Peggy Lee, la rubia nacida en Dakota del Norte, de raíces nórdicas y quien en sus añoranzas adolescentes de volverse una estrella entendió muy pronto que su nombre real (Norma Dolores Egstrom) no ayudaría mucho.

Mimada por Benny Goodman, consentida en Capitol Records y bien apreciada en el boyante Hollywood de la época, Peggy se cansó de presentarse en directo en la segunda mitad de la década de los 50 e informó a sus músicos, incluido el recién fichado Bennett, que tomaría un receso, dejando la puerta abierta a recibir maquetas de buena hechura que pudiesen ser barnizadas en el estudio. Para esto sí se le podría molestar.

«Una tarde, trabajando en un bar de Hollywood con el saxofonista Nino Tempo, se nos acercó un joven a preguntar si podía sentarse con la banda y cantar. Accedimos y le preguntamos qué le gustaría cantar. Mencionó una pieza llamada ‘Fever’ y explicó que era muy simple, con apenas un par de acordes. Al instante sentí de que era algo como lo que Peggy estaba buscando. La llamé al día siguiente y le conté sobre ‘Fever’», recapituló Bennett en una entrevista en 2001.

Inmunes a la erosión del tiempo, sus palabras empataron con lo expresado por Peggy cuarenta y dos años antes: «Mi bajista, que es un músico maravilloso, sabe que me agradan los patrones de bajo y esa sensación de encontrarme en casa, sin llegar al rock ‘n’ roll. ‘Fever’ es en realidad una especie de patrón de bajo de blues antiguo y por ello él dijo que debía escuchar ese tema».

Renuente a las copias fáciles, Peggy modificó la composición a su gusto, empezando por cercenar su sonido bluesero y «bajarla de peso», dejando solamente bajo y batería. Rasuró algunos versos, incorporó otros y la dotó de un erotismo tan elegante como fascinante, a medio tiempo y sin prisa. Pero quizás el mayor distintivo está en el comienzo del tema. Peggy no cantó esa primeríma línea (“Never know how much I love you…”) sino hasta que sonaron dieciséis chasquidos que la propia estrella hizo con sus dedos de vainilla. Genialidad suya y exclusivamente suya. En una partitura musical, ese jugueteo se traduciría como el compás perfecto para dar pie a la voz sensual y arrebatadora de una mujer madura en modo matador. A nivel alcoba, se traduciría como el último instante de flirteo e insinuación antes de que los amantes se desboquen bajo las sábanas.

Su entrega jazzística y popera de la «Fever» escrita originalmente por Eddie Cooley y Otis Blackwell vio por fin la luz en el verano de 1958, y muy pronto pulularon las loas, las peticiones de entrevista para la rubia y las reversiones de un sinfín de artistas maravillados por el glamoroso single.

En 1993, mientras la septuagenaria Peggy pasaba los días en su silla de ruedas, contemplando el horizonte y eligiendo pelucas platinadas, la treintona Madonna se embarcó en un tour internacional para cacarear Erotica, su nueva placa en la que incluyó una reinterpretación dance del clásico. «Fever» fue colocada como la segunda pieza en el repertorio de la diva de Michigan, quien cada velada sincronizaba el célebre chasquido de dedos con sus propios pasos al bajar una gran escalinata, vestida de dominatrix, con antifaz, látigo y botas. Al terminar el descenso, Madonna azotaba los artilugios sado, se quitaba el antifaz, enseñaba el escote y pronunciaba «You give me fever…«, desencadenando el delirio.

Las rubias, sus manías y sus maneras de subir la temperatura. Peggy alistaba la escena de la seducción; Madonna iba al grano.

Una respuesta a “Los dieciséis chasquidos de Peggy Lee”

  1. Amo amo amo como Peggy Lee desembocó todo esto porque realmente pensé que la versión original era la suya, además ella la canta de una forma totalmente sexy y suave sin necesidad de irse al extremo y la de a Madonna en sus muchas versiones me parece perfecta pero sobre todo la versión del Girlie. Esta canción es un clásico. Te amo hermano!

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