
Björn sostiene que la letra es esencialmente ficticia, Agnetha afirma que nada proviene de la imaginación, que todo es verídico y ha sido extraído del momento justo en que ambos sellaban su divorcio. Y en medio de los recuerdos y de estas versiones opuestas está “The Winner Takes It All”, la composición eterna de un amor hecho polvo, considerada la balada de baladas de ABBA, los suecos más prolíficos en la historia del pop.
Desde la nota inicial de piano hasta el último de los suspiros, casi cinco minutos después, el sencillo cumbre de Super Trouper parece contarlo todo y exponer los socavones de una cuadrilla que surgió para arrasar en Eurovision y desatar la felicidad de millones. En esa primera línea, Agnetha se rehúsa a tocar la llaga y a escarbar en aquel matrimonio destruido, pero lo hace con la templanza de un mar nocturno cuyas olas acarician la arena, sin importar los relámpagos que acechan. “I don’t wanna talk about things we’ve gone through”, susurra con esa voz que apacigua hienas.
Para el verano de 1980, cuando «The Winner…» llegó a la radio comercial, Agnetha Fältskog y Björn Ulvaeus ya no dormían juntos. Rebasaban dieciocho meses separados, signando el adiós y reacomodando en soledad armarios, cajones y rutinas, pero al interior del grupo mantuvieron la vertical y, en lo posible, las sonrisas.
“Björn escribió esto a partir del derrumbe de nuestro matrimonio y el que lo hiciera en pleno divorcio causó que fuera algo más conmovedor. Fue fantástica aquella canción porque pude derramar todo ese sentimiento. No me importó abrirlo al público ni me pareció inadecuado”, declaró en 2013 Fälstkog con una serenidad que pocos entendieron, ya que la prensa acumulaba años ventilando las infidelidades de Ulvaeus y una supuesta relación que habría iniciado solo días después de su separación. «But tell me, does she kiss like I used to kiss you? Does it feel the same when she calls your name?«, canta la rubia con prudencia, disciplina y dignidad. Los versos donde asoma la tercera en discordia y un título de trabajo como «The Story of my Life» parecen confirmar el quebranto de Agnetha y Björn como crudo germen de «The Winner Takes It All».
Pero el single también significó esa gran cúspide tras la cual lo que sigue es descenso: Frida Lyngstad y Benny Andersson, el otro matrimonio al interior del grupo escandinavo, se dijeron adiós en ese 1981, y un año después ABBA cantó «Thank You for the Music» en la BBC inglesa, sin avisar que aquellos minutos sabatinos frente a millones de televidentes marcaban su despedida musical.
Ellas de pie y sonrientes, ellos trajeados y con los corazones latiendo por nuevas musas, mantuvieron la estampa inmaculada hasta la toma final de la emisión, bajo una lluvia de aplausos. Vestida de rojo, con los ojos brillantes y esa sonrisa de marfil, Agnetha fue la última a la que apuntaron las cámaras. Sonrojada, lanzó besos por doquier, besos y más besos, como si fuese capaz de repartir toneladas. Como si los hubiera ahorrado a solas, como si los hubiera acumulado en el cajón de la alcoba… por más de tres años.
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