
El número uno en Inglaterra había llegado con la rotunda “Sign of the Times” y la cima en Estados Unidos con la energética “Watermelon Sugar”, pero “As It Was” fue la patada voladora, el single con el que Harry Styles consiguió la máxima gloria en los dos principales charts musicales del orbe. Lo logró en la primavera de 2022, con veintiocho años de edad y habiendo emprendido una gira mastodóntica (el Love On Tour) cuyos registros de taquilla son dignos de leyendas con tres décadas de trayectoria.
“Es acerca de una metamorfosis, de perderte a ti mismo y después encontrarte, de aceptar el hecho de que la vida te golpea en varios momentos, y no necesariamente cuando tú lo estás esperando. Es algo grandioso, pero es verdad que con estos pasajes extraordinarios de pronto también llegan a la vida algunas épocas complejas», reveló el otrora integrante de One Direction, joven matador de chicas y chicos, siempre vitamínico, siempre en tendencia, siempre impostado con esa sonrisa de porcelana.
Era el Styles de camisas arremangadas, el nuevo flamante embajador de Gucci, el de tirantes, lentejuelas, dedos anillados y unos bucles menos salvajes que en sus años de éxito repartido con la boy band, donde era un marinerito de melena leonesca a la sombra de Louis Tomlinson, un chicuelo con la mitad de su carisma.
Cargado de vibras retropop y reguiletes de sintetizador que devuelven la memoria a las callejuelas de los tempranos años 80 en posesión de OMD o Men Without Hats, “As It Was” fue publicado como primer adelanto de Harry’s House en abril de 2022, un momento preciso y perfecto. Fue el relámpago que alumbró a una industria flaca y carente de nuevos ídolos y a una humanidad desmejorada, hastiada y con marcas detrás de las orejas de tanto colgarse tapabocas. Un mundo enfermo y agobiado por un virus cuyas marejadas iban y venían, pero no terminaban de extinguirse. «Todo lo que sucedió a raíz de la pandemia… ya nada será igual que antes. No se puede retroceder, ya sea como pueblo o a nivel individual», dijo Harry en una charla con Apple Music, traduciendo sin mucha poesía esos susurros base de la canción que en un santiamén adquirió dimensiones colosales, subidas vertiginosas en los charts y cientos de millones de reproducciones en las plataformas digitales: “In this world, it’s just us, you know it’s not the same as it was…”
Ese mismo abril, los 240 mil asistentes al caluroso festival californiano de Coachella -35 grados a la sombra- alcanzaron el éxtasis apenas timbró la vocecita de una chiquilla de cinco años de edad, esa que avisa que está por iniciar el gran corte de Styles (“Come on Harry, we want to say good night to you!”). “Es mi ahijada la que habla justo al comienzo de la canción. Solía llamarme todas las noches antes de acostarme y una vez me la perdí y quiso decirme que estaba enojada conmigo por esta razón”, confesó el artista.
Tener el mundo del pop a sus pies, a legiones de seguidores rendidos, a Norteamérica y a Reino Unido alabándolo, y a los tiktokeros jugueteando con su oda a la nostalgia… no exime a Harry de atender sus deberes y dar las buenas noches a Ruby Winston, la pequeña que va recorriendo los grandes estadios y arenas del planeta, causando el delirio total en las gradas, sin siquiera saberlo.
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