
Sus nombres son: Alicia Keys, Mary J. Blige y Katy Perry.
A las tres les llegó el demo de “Titanium”, creación del Disc jockey David Guetta, quien para grabar la maqueta inicial en 2010 se había apoyado en Sia, una australiana de bajo perfil e impacto mediano, underground y renuente a toda costa a mostrar su rostro y acercarse al glamour. Eso sí, la nacida en Adelaida tenía vozarrón suficiente para arrancarle los anillos a Saturno de un alarido.
Cada una a su manera, Keys, Blige y Perry dejaron pasar la propuesta de Guetta, tema cuyo momento de quiebre se da en el puente. Ahí, Sia ruge… “I’m bulletproof, nothing to lose, fire away, fire away. Ricochet, you take your aim, fire away, fire away…”, versos a molde para acarrear legiones enteras de chicas y chicos con torsos desnudos y cantar al unísono esas proteínicas líneas levantamuertos.
En el verano de 2020, un año después de que el video oficial de “Titanium” rebasara los mil millones de reproducciones en YouTube, el DJ francés y Katy Perry recordaron aquel desaire en un enlace vía Zoom del Tomorrowland Around The World. Entre varias ventanitas de hablantes y escuchas, la californiana pidió la palabra para enjuagar sus culpas: “David, ¿recuerdas cuando hace diez años me enviaste la propuesta de ‘Titanium’? Tenías a Sia contigo. Al escucharla pensé… ‘Oh Dios, esto es demasiado bueno. ¿Quién es la persona en el disco? ¡Debería permanecer en el maldito disco, es algo exitoso! ¡No me incluyas en el disco, deja ahí a Sia!’ Y… bueno, ya conocemos los resultados de ‘Titanium’”. Al culminar la anécdota, Perry sonrió, silenció su micrófono y alzó los brazos en señal de triunfo, una victoria basada en no haberse interpuesto en el proyecto y a respaldar la voz original y vigorosa de la chica que incita a desparramar los miedos y a encarar a gigantes y dragones sin complejo.
“Para ‘Titanium’ yo fungía como productor y Sia como letrista. Le mostré una progresión de cuerdas sencilla y una parte de la melodía sin batería ni guitarra… ¡y ella regresó con unas letras increíbles! Le dije que no le daría la canción a nadie más y le imploré que se quedara porque nadie superaría su interpretación. Aceptó, pero dijo que no haría promoción ni entrevistas, que no aparecería en el video ni saldría de tour. Solo quería escribir canciones, quedarse en casa y tener una vida tranquila”, reveló Guetta a DJ Mag.
Apelando a un escudo inquebrantable, el sencillo cumbre de Nothing But the Beat es liberación y bálsamo para los ratos bajos que ha encontrado en los eventos festivaleros su efecto máximo: ningún placer como estar apachurrados, con las costillas comprometidas a unos metros del mar, con olor a sal y sudor, rostros extasiados, ojos cerrados y dejando que los brazos alzados sean los únicos meneándose sin interferencia. Veinte mil, cincuenta mil, setenta mil incautos con alma antibalas. La más poderosa de las criaturas en forma de himno dance, idea original del risueño Guetta a la que Alicia, Mary y Katy renunciaron sin más.
“Yo esperaba que la parte que la gente cantara al unísono fuera ‘I am titanium’, pero es la antesala al coro lo que se volvió el gran coro… el ‘Fire away, fire away’», dijo Guetta en la misma entrevista, aludiendo a la pequeña curiosidad alrededor de «Titanium». «Los fans la cantan a tal velocidad que dicen ‘Far away, far away’. Muchos no comprenden la letra, pero sienten la melodía y la simplicidad y el sonido de algunas palabras. En todos lados cantaban ‘Far away, far away’ y yo los corregía, pero así es esto», remató el parisino, resignado a aquéllo que, ya en poder de la masa, no se puede controlar.
Las liberaciones, los cataclismos y los vozarrones capaces de dejar pelón a Saturno escapan a toda gramática.
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