Cómo cambiar un vuelo de medianoche a Houston

En las páginas doradas de Gladys Knight & The Pips está marcado el 27 de octubre de 1973. Ese fue el día excepcional en el que su versión de «Midnight Train to Georgia» bajó del primer lugar del Billboard a «Angie» de The Rolling Stones. Planetario logro de los cuatro estadounidenses caritas sonrientes a costillas de Sus Satánicas Majestades, quienes no esperaban dejar tan rápido el trono en Norteamérica… y menos siendo desbancados por una canción que en realidad había salido poco antes, en voz de Cissy Houston.

Los orígenes del corte incluyen todas las diferencias posibles con el resultado final. No era tren, era avión; no era Georgia, era Houston. Y tampoco fue escrito por Gladys y compañía ni por Cissy en 1973, sino por Jim Weatherly en 1970.

«La canción me vino a la cabeza después de una llamada telefónica con Farrah Fawcett. Yo buscaba a mi amigo Lee Majors y ella descolgó el teléfono. Empezamos a charlar y me contó que estaba empacando, que tomaría un vuelo a la medianoche rumbo a Houston para visitar a algunos amigos. Eso se me quedó, y después de colgar, escribí la canción en unos treinta minutos o algo así», narró Weatherly en una conversación con Gary James.

No hubo más historia extraída de la vida real. El resto lo dibujó Jim en su mente, tomando a Farrah y a Lee como protagonistas. Sin complicarse mucho, llamó a la historieta «Midnight Plane to Houston».

Al cabo de un año, y a través del productor Sonny Limbo, la composición llegó a manos de la temperamental Cissy Houston, quien para cantarla solicitó autorización para insertar a Georgia en el título y evitar así una anomalía. Simple: no quería que tanto en la pieza como en la firma se leyera la palabra «Houston». Recibida la anuencia de Jim, la versión -más lenta- de Cissy combinó aromas de R&B y country para llegar a las listas de popularidad, sin ir demasiado lejos.

Con la chispeante Emperatriz del Soul y sus potentes sedundasvoces The Pips la cosa fue muy diferente. Vozarrón de campeonato, ritmo exquisito para chasquear los dedos, impacto de fenómeno y, con el permiso de Jagger y Richards (o sin él), primerísimo lugar en Estados Unidos. Perla de 1973 para todas las épocas. Qué importaba si el tren en realidad volaba y Georgia estaba en Texas. Hay ficciones muy necesarias.

«Muchos cambios, muchos pequeños milagros sucedieron para que esa canción llegara hasta donde llegó, a las manos de Gladys. Tener a alguien con esa voz cantándola… fue algo absolutamente increíble para mí», declaró emocionado Weatherly en 2016.

Cinco años después, en febrero de 2021, el compositor murió por causas naturales, según sus allegados, y Gladys, con esos siete premios Grammy mirándola desde su vitrina, se sentó frente a la computadora y redactó un tuit mudo para su amigo. No hubo cántico, pero sí emoción: «Desde ahora extraño a Jim Weatherly. Él se trataba de vida y amor. Estábamos hechos el uno para el otro. Hicimos crecer nuestras vidas juntos. Lo extrañaré enormemente y lo querré siempre.»

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