Medio rostro

b075c6033f17417d67b1693733550583.pngEs una especie de cowboy de origen canadiense que además de usar sombrero se cubre la mitad del rostro con un antifaz y la otra mitad con un tapabocas con flecos a merced de los caprichos del viento. Orville Peck podría fascinar por la pinta, pero el embrujo brota más por lo que canta y por cómo lo canta.

Apenas debutó en 2019 con el disco Pony, cobijado por Sub Pop, la visionaria discográfica de Seattle que apostó todas sus canicas a unos tales Nirvana, atrapó a miles con una fórmula de country alternativo que escapaba a todas esas ofertas rancias del género que han intentado despegar desde hace rato, como si heredar en el país por excelencia para bailar debajo del sombrero fuese cosa fácil. Peck se arrojó al vacío con sus propios amuletos y con versos que no acumulaban tanto pasado y se llevó una carretada de vítores de quienes alaban, de entrada, su voz, un shampoo que mezcla al Presley juvenil, al Orbison anterior a sus calamidades y al Cash más atemperado.

En la pandémica primavera de 2020 el joven acarició a un planeta enclaustrado con el lanzamiento de «Summertime», una piedra preciosa que ya había enseñado en algunos conciertos y en la que tres minutos son suficientes para expresar cuánto puede echar uno de menos la calidez del verano, aunque en realidad esto sea simplemente una figura para apuntar a algo más. «La referencia al verano en la canción no necesariamente tiene relación con la estación del año, sino con un lugar, un tiempo o una persona. Es en gran medida acerca de extrañar a alguien, aun cuando ese alguien esté justamente a centímetros de ti, o de recordar un lugar que está fuera de tu alcance», le explicó el misterioso vaquero a la revista Variety. «Así que es una sensación un tanto más tortuosa, porque no es algo que se ha ido de manera definitiva, pero que tampoco se posee del todo en este preciso momento.»

Si bien escribió las letras mucho tiempo antes de la irrupción del coronavirus que obligó a la humanidad a taparse, como él, media cara, el norteamericano dijo que «Summertime» embonaba a la perfección en tan adversa situación. «Todavía hay mucho por decir con respecto a la batalla interna que muchos tenemos cuando estamos aislados, frustrados o apartados de algo que amamos, sea visible la barrera o no. Creo que todos estamos experimentando algo de esto en estos momentos… o mucho de esto. Me refiero al sentido literal de aislarse y ponerse en cuarentena.»

Una tersa serenata que el sombrerudo emmascarado creó en sus ratos de silencios profundos para exprimir la nostalgia por lo perdido, sin imaginar que su audiencia también se cubriría el rostro y evocaría las épocas en que teníamos otras muchas cosas que en un parpadeo el virus de las mil trompetas le robó al mundo entero.

Y comenzamos a extrañar un lugar, un tiempo, una persona. Nuestros amados veranos.

«Watch each other fallin’, always catch the call and whistle while we’re walkin’, something inside me dies…»

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