Quien sostenga que Joe Walsh es el hombre imborrable en el corazón de Stevie Nicks… estará en lo cierto.
Sin petulancia ni propósitos de vanagloriarse, el guitarrista de los Eagles aceptó semejante honor cuando asistió a un programa de Howard Stern y éste, un consumado showman de los cuestionarios mordaces y sin colador, le preguntó qué tanto había gravitado en el expediente sentimental de la cantante de Fleetwood Mac. Con voz baja y timidona, Walsh se dio el crédito apropiado, sin enredarse en polémicas con nombres como Don Henley y Lindsey Buckingham.
Varios años después, en una conversación con The Daily Mail, su rol como el amor de la vida de Stevie fue secundado y confirmado por ésta. Así, Joe quedó apartado del catálogo de lobos que aparecieron en los tiempos de exceso y descarrío de la artista que se deshizo el tejido nasal con sus chutes de cocaína: «Éramos el par completo, loco y perfecto. Él es el hombre con quien pude haberme casado y tal vez eso hubiese cambiado mi vida. Lo amé y realmente vi por él.»
De este intenso y narcótico romance que inició en 1983, año en que Walsh fungió como abridor de lujo en la gira de Nicks, tal vez no se desprendió un testimonio musical más agudo y entrañable que «Has Anyone Ever Written Anything for You», pieza pivote del tercer largaduración solista de la rubia, Rock a Little. Más que una balada blandita de mediados de los ochentas, es un documento de vida crudo, avinagrado y musicalizado para nunca sepultar y siempre recordar. Surgió mientras los tórtolos recorrían la autopista que conecta las ciudades de Denver y Boulder. A bordo de un Jeep alquilado la malhumorada Stevie mataba los minutos recitando un rosario de quejas insulsas mientras el encargado del volante permanecía en silencio y alistaba una maniobra para acabar el manantial de nimiedades y sandeces.
«Yo estaba muy inquieta por algo, no recuerdo la razón, pero Joe sintió que, dado el esquema de nuestras vidas, era importante compartirme algo que me hiciera valorar las cosas de otro modo (…)», relató la cantautora. «En dicho trayecto me contó la historia de una pequeñita que había fallecido en un accidente de camino a la guardería, precisamente en Boulder. Joe me llevó a un parque en el que se situaba una pequeña fuente plateada para beber y con la leyenda: ‘Para Emma Kristen, para todos los que no pueden o no son lo suficientemente altos para dar un sorbo‘”
Stevie quedó helada y con los párpados temblorosos. Emma, la hija de su gran amor, había muerto casi una década atrás, poco después de cumplir tres años. La vida le había alcanzado para un suspiro y para inspirar a su padre en las décadas por venir. Ahora, también, la inspiraba a ella. «Gran parte de esta historia me trastocó de un manera tal que fui a mi casa en Phoenix, bajé del auto, entré a la estancia, me dirigí a mi piano, tomé asiento y escribí la canción en cinco minutos», reveló Nicks.
Cándida y repleta de significado, «Has Anyone Ever Written Anything for You» pervive como una oda al hombre de su vida, a la pequeña Emma y a todos esos que no tuvieron tiempo suficiente para darle a este mundo… un buen sorbo.
«And the rain comes down, there’s no pain and there’s no doubt, it was easy to say, I believed in you everyday, if not for me, then do it for the world…»
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