«¿Hay algún tema de Phil Collins que te haga volver de inmediato a cuando tenías cinco años?», preguntó el presentador Harry Connick Jr. «Sí, ‘You’ll Be in My Heart’, de la película Tarzan«, contestó sin chistar Lily Collins. «Fue escrita como una canción de cuna para mí. Crecimos viendo shows y películas de Disney juntos, así que fue la manera que mi padre encontró para acercarse, algo muy especial.»
La sonrisa centelleante con la que la hija del cantautor británico decoró su respuesta en aquella entrevista televisiva de noviembre de 2016 no se asemejó en demasía a la ácida carta que dirigió a Phil en Unfiltered: No Shame, No Regrets, Just Me, libro de ensayos personales que publicó pocos meses después: «Te perdono el no haber estado cada vez que te necesité y por no ser el padre que yo esperaba. Te perdono los errores que cometiste. Y aunque parezca que es demasiado tarde, no lo es. Todavía hay mucho tiempo para salir adelante.»
Variopintas declaraciones en torno a un nexo padre-hija casi siempre parado en las cornisas. Hija única del matrimonio que Collins contrajo con Jill Tavelman, Lily vivió unos primeros años desbocados y más acelerados que el promedio de bebitas y chiquillas. La relación de sus padres se vino abajo por una infidelidad del músico con Orianne Cevey y se terminó en 1996 tras el envío de un fax de ruptura que le mereció a Phil una crítica pública que todavía hoy percude su biografía.
Pero aun con semejante tolvanera familiar, quedó aquella pieza a la que refirió Lily: «You’ll Be in My Heart». Y no fue poca cosa. Un Óscar y un Globo de Oro por Mejor Canción Original dejó su integración a la banda sonora de la cinta Tarzan (1999).
Habituado a hacerse de premios Grammy, el también cabecilla de los míticos Genesis había recibido un encargo en el cual su hija fue iluminación absoluta para cumplir a cabalidad. Ya había competido tres veces dentro del gremio cinematográfico, perdiendo en todas («Against All Odds (Take a Look at Me Now)», «Separate Lives» y «Two Hearts»).
«Ellos (director y guionista) te dan un mapa de la historia y te indican en qué puntos de la misma desean canciones. En este caso me dejaron tener cuerda suelta para escribir cosas, más o menos, a mi criterio», explicó Phil en su oportunidad. «Tenía cierto instinto en los temas para Tarzan. Sabía que debía escribir una canción para una madre simio que tenía que mantener callado a un bebé y en aquel tiempo mi hija tenía cuatro o cinco años, y tenía que hacer exactamente eso en el asiento trasero de las limusinas y en los aviones. Pegaba el jetlag, ella no sabía que daría la vuelta al mundo, así que yo me dediqué a cantarle para ayudarla a dormir.»
Aún se recuerda la ovación que abrigó a Collins al recoger la estatuilla de los Premios de la Academia el 26 de marzo de 2000, así como el agradecimiento a los productores del filme y los suyos: «Mi esposa Orianne y mis hijos maravillosos, Lily, Joely y Simon, quienes realmente escribieron esta canción para mí…»
Lily, quien acababa de cumplir diez años, no sonrió ni aplaudió. Su mano izquierda se mantuvo inmóvil tapándole la boca durante el speech en el Shrine Auditorium. Algún día ese silencio se desenredaría de golpe en un libro de ensayos, al igual que la absolución a su padre.
«For one so small, you seem so strong, my arms will hold you, keep you safe and warm. This bond between us can’t be broken, I will be here, don’t you cry…»
Opina en Radiolaria