La chispita inicial de «What’s Going On», una de las canciones más grandes de todas las épocas, provino de una escena de violentos catorrazos que le entró por los ojos a Renaldo «Obie» Benson, integrante de la banda Four Tops, mientras paseaba por las calles de San Francisco a mediados de 1969. En el sector de Haight-Ashbury, un grupo de policías propinaba una soberana paliza a unos chicos flacos de barbas y melenas. «Los golpeaban sin misericordia a pesar de que estos jóvenes no estaban molestando a nadie. Al mirar esto comencé a preguntarme… ‘¿Qué diablos nos pasa?’, ‘¿qué está sucediendo?’ Una pregunta llevó a la siguiente», confesó Benson a la revista Mojo.
El bajista compartió su malestar con Al Cleveland, creativo en la factoría Motown, y de ahí vino la idea de componer una pieza para su banda acerca de la necesidad de ser empáticos con el prójimo. Para su sorpresa, el resto de los Four Tops rechazó rotundamente la sugerencia al tacharla de canción de protesta.
Aturdido y desinflado, Benson soportó un desaire más de Joan Baez y finalmente se reunió con el barbón Marvin Gaye para acordar los términos de una colaboración. «En definitiva él puso los últimos toques al tema. Le añadió letras y un poco de sabor a la melodía, detalles más ghetto, más naturales, haciendo que se volviera más historia que canción», reveló «Obie» a Performing Songwriter.
Gaye estaba en sintonía con Benson porque en 1970 apilaba suficientes penas y congoja para dispensar reflexiones a lo grande: su amiga y compañera de duetos, Tammi Terrell, acababa de morir por un tumor cerebral y su hermano Frankie regresaba a Norteamérica tras lijarse la carne y el alma en Vietnam. Mucho qué expresar.
Pese a la frontal oposición de Berry Gordy Jr., omnipotente mandamás de una Motown orientada a la fabricación en serie de hits amables, Gaye resistió un torbellino de chantajes y amenazó con dejar la imperial compañía si alguien estropeaba la publicación de «What’s Going On». «Con el mundo explotando a mi alrededor, ¿cómo esperan que siga cantando cancioncitas de amor?», lanzó Marvin.
«Picket lines and picket signs, don’t punish me with brutality, talk to me, so you can see, oh, what’s going on, what’s going on…»
Gordy tiró una última mordida al declarar que las letras eran lo peor que había escuchado, pero a la vez pinchó distrayéndose con la carrera solista de Diana Ross, despiste que aprovechó el mayor rebelde en la Motown. Editado el sencillo «sin permiso» en enero de 1971, se desató una respuesta formidable en la radio y en las listas de popularidad. De ahí… no pararon jamás las alabanzas a «What’s Going On», la composición del humanismo por antonomasia, infaltable en los rankings que han aglomerado las creaciones más grandes de la historia.
«No debo darle juego al ego porque no tuve tanto que ver con la canción. Soy un simple humano y cuando de pronto recibes muchas palmaditas en la espalda, te puedes ir de viaje. Yo era el instrumento, toda la inspiración vino de Dios mismo. Él es a quien uno debe escuchar», aseveró Gaye en una charla con The Guardian. «Lo hice no sólo para ayudar a la humanidad, sino para ayudarme también y creo que lo he logrado, me ha brindado paz.»
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