El amor volando bajo, las dudas gorgoteando y una filosa añoranza de los tiempos de felicidad que contrastan con un presente árido y polvoso.
Con una voz impecable y rica en dobleces para mostrarse más melancólico que nunca, además de un look macizo y renovado (chaqueta negra de cuero, corte militar y cabello relamido de raya), Brandon Flowers canta en «The Way It Was» sobre un romance descuadrado y una historia de dos en la que alguien jugó chueco y dio a un intruso fichas para meterse en la partida. Una obra de rock en espiral y sin estridencias que cala hondo porque expone el desmoronamiento del idilio y la deshidratación de los besos sin saber cómo ni cuándo.
Emboscado por recuerdos, el agraviado atraviesa el desierto, padeciendo de lo lindo el aislamiento que concede un automóvil con cristales arriba y sin destino definido. Imágenes girando más que los neumáticos y, para acabarla de joder, la radio reproduciendo «Don’t Be Cruel», el clásico suplicante que en 1956 interpretó el rey de reyes. Justo aquí el frontman de The Killers mete en las letras a su gran ídolo, un role model al que siempre imitó al cantar, vestir y sufrir: «Elvis singing ‘Don’t Be Cruel’ and I wonder if you feel it too, it’s like we’re going under…»
Pese a las palizas que se llevó el álbum Battle Born (2012), es claro que la achacosa «The Way It Was» se cuece aparte. Si bien no fue lanzada como single de promoción, sí fue escogida por el cuarteto de Las Vegas para destacar en la gira con una versión corregida y estirada más allá de los seis minutos. Bajan luces, languidece la batería del barbón Ronnie Vannucci Jr., el greñudo Dave Keuning apenas pellizca la lira y el apuesto Flowers empieza a volear cual tenista con la gente vía el «yo-ustedes-yo-ustedes». «If I…«, canturrea el mormón. «…go on with you…«, y alguien le hace segunda voz. «Can it be the way it was?«, implora y dirige el micrófono a la masa… que le responde en total delirio. «Can it be the way it was?«, arroja de nuevo. Y así todos durante un minuto para que suenen recio los ruegos a la susodicha.
Poco antes de que terminara 2017 Flowers accedió a hablar acerca de los andamios líricos de «The Way It Was», tema del que se dijo orgulloso paradójicamente en las semanas en que mostró su arrepentimiento por la cadena de errores cometidos en el ciclo Battle Born: «Esa canción habla de cuando llegas a la conclusión de que estás en un punto de la relación con alguien en que es necesario dar un paso adelante para escapar de una situación difícil. Cuando sabes que algo debe cambiar», afirmó Brandon ante el periódico mexicano Reforma. «Lo que me gusta de eso es que muestra el esmero que le debes poner a algo complejo. Hoy en día, mucha gente simplemente se rinde y hay que admitir que estar en una relación o en un matrimonio es una labor ardua. El punto medular de la canción es el deseo de que algo funcione, el deseo de hacerlo bien. Y eso implica sacrificios.»
Las reflexiones del vocalista desnudaban una ironía. La idea de restablecer y recuperar el ritmo de los años dorados englobaba tanto aquel amor quebradizo de la canción como la dislocación de una banda de rock que, víctima de sus pretensiones, había perdido el toque. «Can it be the way it was?», se preguntaba Flowers.
También se lo cuestionaban, a él, muchos fans.
«Maybe a thief stole your heart or maybe we just drifted apart, I remember driving in my daddy’s car to the airfield…»
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