A Michael Jackson le pareció poca cosa y la desechó.
«Después del Victory Tour, yo mantenía el contacto con Michael y su productor Quincy Jones y un día éste me llamó y dijo… ‘Quiero que escribas algo de estilo Sade para Michael…’, así que compuse esta canción y se la envié con algunas letras, incluida la frase en español ‘La isla bonita’. Poco después me respondió, diciendo que no consideraba que fuera algo para Michael.»
Treinta años después… Patrick Leonard lo narraba incluso como cascarrillo en la charla con el sitio Boy Culture, pero a mediados de los ochentas sintió que el desaire de Jones equivalía a ingerir ácido.
Sin embargo, el desánimo no alcanzó niveles de derrumbe y el productor mantuvo el balón rodando. Sacó la libreta y llamó a la güerita del momento, la chica eléctrica del lunar saltón sobre los labios que venía de dar 40 conciertos para impulsar con un mismo tour sus dos primeros álbumes: el homónimo y Like a Virgin.
Ni altiva ni apática, Madonna aceptó la maqueta de Leonard y se limitó a modificar unos cuantos versos, dejando intacto ese título que le pareció arrebatador y congruente con sus predilecciones. Por decir lo menos, «La Isla Bonita» la embobó. «Es un tributo a lo bella y misteriosa que es la gente latinoamericana», comentó la cantante a The New York Times en 1986.
En la letra añoraba volver a San Pedro, un sitio que, por su nombre apostólico, empataba potencialmente con una cascada de lugares de toque latino en el mundo. Así pues, los habitantes de varias localidades se declararon inspiración oficial de la diva de Detroit, tomando ventaja Belice, al contar con la isla Ambergris Caye. Ahí está un barrio llamado San Pedro que, dicen, se ajusta a los pormenores del single de True Blue. De frágil reputación, pero con alcances masivos, Wikipedia señalaba en septiembre de 2019: «Al pueblo de pescadores de antaño se le concedió el estatus de ciudad en 1984 y fue la inspiración para la canción ‘La Isla Bonita’, escrita por Madonna, Patrick Leonard y Bruce Gaitsch.»
La manoseada descripción del ente enciclopédico permanecía online y jugando en favor de los agentes turísticos a pesar de que diez años antes la propia Madonna había desinflado el mito al dar a la revista Rolling Stone la explicación más alicaída de la que uno puede echar mano: «En realidad no sé dónde está San Pedro. En aquella época yo no era alguien que iba de vacaciones a islas hermosas. Pude haber estado en camino al estudio de grabación y haberme topado con una rampa de salida a San Pedro.»
Trip Advisor, otro gigantesco e influyente portal para viajeros, tampoco consideró la aclaración de la artista y acentuó el encanto de Belice con historietas huecas: «San Pedro es ‘La Isla Bonita’ que popularizó Madonna. Hoy en día es una Meca del turismo, pero sigue jactándose de playas estupendas…»
En la era de las versiones no verificadas incluso la palabra de la cantante pop más masiva de la historia puede quedar enterrada en las arenas de una bella isla centroamericana donde abundan las tiendas de buceo.
«I fell in love with San Pedro, warm wind carried on the sea, he called to me, ‘Te dijo te amo’, I prayed that the days would last, they went so fast…»
Opina en Radiolaria