Gente esperando a que algo suceda, otros tantos rezando. El paisaje ya no es como antes y el ambiente huele raro. «The sunlight rising over the horizon, just a distant memory the dawn chorus…»
Así como sucedió en 1984 con «Forever Young», balada en cuyas letras los alemanes Alphaville fotografiaron a un mundo en vilo por las tensiones derivadas de la Guerra Fría, en 1991 la dupla electrónica Erasure colocó en órbita un vigoroso tema que aprovechó la coyuntura de otro conflicto internacional. Se trata de «Chorus», primer sencillo promocional del álbum del mismo nombre que el grupo planteó a sus fanáticos a mediados de aquel año.
En los albores de dicha década no había tantos troncos de donde extraer leña. Los problemas en el Golfo Pérsico, que habían iniciado el 2 de agosto de 1990 con la invasión iraquí a Kuwait, llenaban la panza de artistas, poetas, analistas, periodistas, filósofos, pensadores y cantautores por igual, así que Vince Clarke, el componente tímido del dúo, puso manos a la obra a través de los agridulces versos de la canción.
«Hay algunas composiciones de amor en el álbum, pero otras tratan el tema de los soldados que fueron a combatir al Golfo Pérsico. ‘Chorus’ habla de la polución que se desató después de la Guerra del Golfo», aclaró el otrora tecladista de Depeche Mode en una entrevista para la revista argentina Chicas.
Aunque difícilmente los seguidores de Erasure prestaron lupa al cimiento de las letras de Clarke, el single producido por Martyn Phillips alcanzó en un parpadeo el tercer sitio del chart de Reino Unido. Su tejido chicloso, empalagoso y bailable, ensamblado a la voz fresca de un Andy Bell que entonces lucía cabellera de jugador de futbol de Argentina, desencadenaron este levantón y la consecuente conquista de tal escalón exactamente el 29 de junio de 1991.
«Chorus» se mantuvo en subibaja durante nueve semanas en la lista británica y se afianzó como una de las entregas más brillantes de la primera década de la dupla. Ni siquiera clásicos de referencia en su catálogo como «A Little Respect» (1986) o «Drama!» (1989) llegaron tan arriba. Pero el impacto no quedó ahí. Les llevó, además, a adueñarse de tierras entonces inhóspitas para el synthpop. La puerta de entrada fue Argentina, donde el sencillo se hizo sorpresivamente con el primer lugar de las listas de popularidad. Quedaba claro que el planeta era más grande de lo que se comentaba a rastras en los pubs y clubes de la isla.
Así pues, el corte fue mucho más que un simple y llano hit de preparación para el lanzamiento del álbum Chorus en octubre. No por nada el reputado semanario británico, New Musical Express, multiplicó las alabanzas a la obra que estrenaban Bell y Clarke: «Lo que sus limitados detractores pierden de vista, y lo que este disco subraya todavía más, es que Erasure son compositores por excelencia de temas pop exquisitamente vívidos (…) La banda puede sonar como todas tus agrupaciones preferidas y al mismo tiempo completamente original…»
Con tanto elogio no sorprendió que pocos meses después, durante los conciertos del Phantasmagorical Entertainment Tour de 1992, los amantes de Erasure encontraran en «Chorus» la razón de sus orgasmos musicales. Entre luces rosadas y moradas, sus oídos consumían algo muy cercano a la canción electropopera perfecta.
«And they covered up the sun until the birds had flown away, and the fishes in the sea had gone to sleep…»
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