Cuando Roland Orzabal visitó Norteamérica en el verano de 1993 para presumir «Break It Down Again», el primer single de la placa Elemental, no hubo un solo encuentro con la prensa sin que se formulara la pregunta incómoda de rigor: ¿cómo mantener con vida a Tears For Fears sin Curt Smith en el barco?
«He tenido que atravesar varios aros con fuego, pero hoy estoy más cómodo. Lo sé, el cinismo me viene bien», contestó el melenudo a VH1, mostrando la sonrisa blanca, amplia, impasible.
Arribita de esa mueca, la mente de Orzabal estaba copada por una sólida convicción que servía para explicar el motivo por el que los títulos del sencillo y el disco estaban conectados: «‘Break It Down Again’ habla de que las cosas se quiebran, se desintegran y vuelven a la fuente y a los elementos originales, tierra, agua, fuego y aire, y son reutilizadas en algún otro sitio del universo.»
Así que a su parecer, la partida en 1991 de Smith, con quien había compartido peripecias musicales desde la preadolescencia, era algo natural. No significaba una pérdida, mucho menos un escollo para la concepción de los nuevos temas. Todo lo contrario. Según dijo a The Washington Post, la «banda» volvía a sus orígenes y se entendía como un asunto tan personal que las grabaciones se realizaron en su hogar (Bath, Inglaterra) con el apoyo de Alan Griffiths y el productor Tim Parker, quienes emprendieron una labor de jardinería y poda del ego de Roland. «Varias canciones fueron escritas mientras estaba inmerso en esta sensación de ‘divorcio’; el primer sencillo, en cierta medida, es un ejemplo», reconoció Orzabal.
La composición gozó de un amplísimo cacareo en las estaciones de radio europeas y estadounidenses hasta que detuvo su ascenso en el escalón 25 del Billboard Hot 100. Los mensajes insertos en las letras, pero particularmente la declaración de independencia del cantante británico, habían retumbado muy a pesar de la opinión de un gran número de fans que siempre prefirió ver a TFF como una mancuerna solvente y cohesionada como Pet Shop Boys y Orchestral Manoeuvres in the Dark.
Así que en aquellas semanas Roland proclamó a sus anchas la máxima de la «meritocracia musical»: aportas o te vas. Y en su sencillo emblema de 1993 diseminó por doquier la idea de que una relación siempre acaba deteriorándose e impone un replanteamiento.
«En la prensa y en la televisión abundan estos anuncios acerca de la belleza del mundo, sosteniendo que todo es maravilloso y hermoso. Todo ese golpe mercadológico trata de decirnos que todo es excelso, pero la vida no es así», expresó en un documental del que únicamente se despacharon 2,000 copias. «‘Break It Down Again’ celebra el hecho de que las cosas tienen un final, de que la vida es un ciclo. Por eso una de las líneas de la canción dice: ‘They make no mention of the beauty of decay…‘»
No quedaban dudas. La salida (temporal) de Curt Smith lo hacía navegar muy feliz al frente de Tears For Fears. Horizontes despejados. Nada de contratiempos, nada de miedos.
«And all the love, and all the love in the world, won’t stop the rain from falling, waste sleeping underground (break it down again), I want to break it down (break it down again)…»
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