«¡Demasiado caliente para MTV!»
Con cuatro ingeniosas palabritas el Entertainment Weekly tituló y resumió en diciembre de 1990 un culebrón gordo. De un lado… la hasta entonces versión más atrevida de Madonna. Del otro… los ejecutivos del canal de videos que esta vez decidieron apretarse el nudo de la corbata y no dejar que el diablo los despeinara. Y en medio… «Justify my Love», single del recopilatorio The Immaculate Collection que escribió Lenny Kravitz y cuyo video había sido concebido por Jean-Baptiste Mondino.
Si la música era sugerente y provocativa, el clip incendiaba a más de uno por la cascada de imágenes que perforaban el buen gusto de la América de George Bush: una Madonna procaz cachondeando en la cama con el modelo Tony Ward, su entonces pareja. Fetichismo, sumisión, labios tensos, lenguas erectas y voyeurismo del propio Ward mientras su chica se daba un agarrón lésbico con la francesa Amanda Cazalet. Como escenario el hotel parisino Royal Monceau, en cuyos pasillos vagaba la diva de 32 años con ojos nublados. Y para rematar, uno que otro crucifijo negro con el no oficialmente reconocido fin de propiciar juntas de emergencia en la sede vaticana.
Habituado a recibir cada martes videos musicales, y, en caso necesario, regresarlos a la disquera solicitando la eliminación de porciones inapropiadas, el Comité de Estándares y Prácticas de MTV encaró a la artista más prolífica de la década censurando al 100% el clip de «Justify my Love».
«A veces cometemos errores, pero no vamos a poner al aire algo que consideremos que degrada a algún grupo de personas», argumentó en aquel momento Marshall Cohen, vicepresidente ejecutivo de la cadena.
La polémica se salió de cauce en horas. Si bien MTV fijó su postura, en varios puntos de Medio Oriente y Norteamérica hubo más flexibilidad. Los asesores legales de ABC dieron luz verde a la emisión del video al considerarlo «material noticioso». En un soplo la canción alcanzó el tope del Billboard Hot 100 y el segundo lugar en Reino Unido, además de sonar fuerte en Canadá, Finlandia, Suiza, Italia, Noruega, España y Portugal.
Aunque jamás reconoció que al filmar esas candentes imágenes el 9 de noviembre en las habitaciones del Royal Monceau sabía que se exponía a una censura total, la «Chica Material» había logrado su objetivo a través de la muy redituable ruta alterna de la mercadotecnia: lo proscrito.
Pero antes de disfrutar la cena de Navidad con su videosingle arrasando por doquier, Madonna concedió 15 minutos de entrevista vía satélite a Nightline de ABC News, donde el conductor le cuestionó acerca del contenido rojo en sus canciones.
«Escuchen la letra. Es acerca de una mujer que se acerca a su amante y le dice ‘Tell me your dreams, am I in them? Tell me your fears, are you scared?‘ Hablamos de fantasías sexuales, de ser auténticos y honestos con nuestra pareja», defendió la cantante. «Yo pinto una línea cuando hay violencia, humillación y degradación, y no creo que estas cosas sean evidentes en mi video. En ‘Express Yourself’ (1989) ningún hombre me puso una cadena, yo me encadené por deseo propio y me arrastré sola. MTV debería tener su hora de violencia, su hora de degradación a la mujer y después nosotros tener nuestra hora de temas sexuales para adultos. Si va a haber censura, no seamos hipócritas, no tengamos estándares dobles.»
El conductor no hizo más preguntas, Madonna dio las gracias con una sonrisa santurrona y la producción mandó a corte.
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