Siguen pasando los meses, los años, los discos… y Franz Ferdinand todavía no se digna a componer la nueva «canción perfecta» que sustituya a «Take Me Out».
La encomienda es, en realidad, misión imposible para los guapitos de Escocia. Porque, desde los primerísimos acordes, el tema que la revista Rolling Stone colocó en la disputa por el mejor corte de comienzos de siglo, y que acabó imponiéndose a «Seven Nation Army» de The White Stripes y a «Imitation of Life» de R.E.M., tritura.
Igual en explanadas que grandes anfiteatros, el desliz de las guitarras de Alex Kapranos y del británico de Blackpool, Nick McCarthy, era apenas la alerta sísmica de un inminente movidón en los conciertos. De hecho, con el paso de los años, dicha introducción entre ambos titanes se hacía cada vez más elástica para retardar el orgasmo de los fieles de la banda… hasta que Kapranos, coqueto y retador, aventaba el «So if you’re lonely…» que abría la tierra.
Coincidentemente, la lírica del segundo simple del álbum debut de los de Glasgow refería a la vacilación y a una posterior descarga de adrenalina, según el testimonio del vocalista frente al NME en 2004.
«La canción es acerca de la tensión existente entre dos personas… en un sentido sexual. Esa situación en la que ambos están enamorados, pero ninguno lo admite; como si prefirieran la negación a la aceptación simplemente para acabar con tal tensión», dijo Kapranos. «Pero a la vez usamos la frase ‘take me out‘ refiriéndonos a la tensión entre dos francotiradores que se apuntan entre sí y en cómo uno prefiere recibir un tiro que extender el nerviosismo.»
Justo cuando está por cumplirse el primer minuto de un track que suena monótono, se tuerce todo. La caja de velocidades enloquece y sube el voltaje. La canción se vuelve un búmeran que de golpe ya se dirige a otro lado. Franz Ferdinand convierte a Clark Kent en Supermán sin necesitar la mentada cabina telefónica. Nacen los dosmiles y unos insolentes escoceses han refundado el rock con un tema in crescendo que desemboca en una orgía en las butacas.
Amparados en un espectáculo agresivo y seductor, los FF se enrollaron en la bandera de «Take Me Out» para invadir docenas de ciudades y, con ello, ser dignos caudillos de la nueva camada de rockeros. Eso sí, pese a tanto rayo y centella, no perdieron lo atildados. Sonrisas de aparador, trajes impecabilísimos.
Casi trece años después de la publicación del single que trepó hasta el tercer lugar del chart de Reino Unido, Nick McCarthy, el inglés que creció entre árboles viejos y lagos apacibles y que compuso este himno de campeones con Kapranos, abandonó la pandilla para tomar otra carretera musical junto a su mujer. La sustitución causó un ruidero, ya que en su lugar llegaron dos músicos: Julian Corrie y Dino Bardot.
«Han contratado a un par de chicos para hacer mis partes en directo. Siempre agrada saber que vales por dos», disparó el modesto McCarthy ante El País en 2017, año en que «Take Me Out» sonó por primera vez con la alineación corregida y aumentada.
Los internautas que siguieron en YouTube la interpretación en vivo del corte en el festival rumano Electric Castle notaron una pérdida de vigor, emoción y velocidad, y acabaron vapuleando al nuevo quinteto. Aun en la canción más demoledora y aplaudida de inicios de siglo, los efectos del «bótox» se dejaron sentir más pronto que tarde.
Sin Nick rasgando la cuerda sobre el ombligo… Alex dejó de sonar sexy.
«And if you leave here, you leave me broken, shattered, I lie, I’m just a cross hair, I’m just a shot, then we can die…»
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