Los cuentos que narran los padres durante las noches tienen un motivo: lograr que sus hijos cierren los ojos y concilien un sueño profundo.
En el caso de Robert Smith, la infancia tuvo tintes muy distintos, un tanto grises, acaso pálidos y no menos oscuros. Había miedos y temores que se acercaban al grado de pánico cuando su padre, en el afán de que el nene durmiera, le cantaba historietas atípicas.
No sería sino hasta 1989 que una canción sería el espejo sonoro de tales traumas de su niñez: «Lullaby».
«Siempre sacaba (mi padre) esos temas, e invariablemente había un final horrible. Era algo así como ‘Duerme ahora, bonito nene, o de plano no te levantarás«, recordó Smith.
En el video de «Lullaby» no hay mucho qué descifrar. Es directo y sobra la interpretación. El propio Robert canta atemorizado desde su cama, a la espera de un ser arácnido despiadado y gigante que, al final, termina tragándoselo. El resto de la banda aparece disfrazada con atuendos napoleónicos, llena de telarañas.
«Obviamente el hombre (el ‘spiderman’ del que habla la pieza) está inspirado en el personaje del coco. Es algo simbólico, tiene que ver disfrazar las fobias de uno. A veces tienes miedo cuando vas a dormir, especialmente cuando estás chico, estas cosas afectan y quieres alejarte de esos miedos como sea. Es acerca de eso y de la última vez que me ocurrió. Es una forma de disfrazar una analogía de las fobias que tuve», dijo Robert en una entrevista televisiva en 1989, año en que el álbum Disintegration, con «Lullaby» como primer sencillo promocional, convirtió a The Cure en una banda de estadios.
Miedos, fobias y temores ocasionados por el señor James Alexander y convertidos por su hijo en un himno que, desde el primer acorde, hace que uno sienta que una araña le camina por los dedos de los pies.
La manera más sutil de torturar a un individuo es decirle que algo le está subiendo en alguna parte del cuerpo. Aunque no sea cierto, lo sufrirá tanto que creerá que sí es así.
«…and I feel like I’m being eaten by a thousand million shivering furry holes, and I know that in the morning I will wake up in the shivering cold…»
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