Que los nenes de Information Society se habían estancado en su propio éxito en los años 80 y no sobrevivirían en el nuevo siglo… y menos sin la voz que los lanzó a la fama.
Eso se decía en el inframundo del synthpop, pero nada de ello sucedió en octubre de 2007 cuando el trío comandado por Paul Robb volvió a la vida con el álbum Synthesizer, arriesgándolo todo, tratando de invadir una década que no les correspondía por mero decreto, y haciéndolo de la mano de Christopher Anton como vocalista, tomando el lugar del mítico Kurt Harland.
En el listado de aquel material, mismo que fue bien calificado por los sabelotodos del que se pensó que era un género moribundo, aparecía una perla dinámica y a la vez melancólica, titulada «Run Away». Sobresalía y brillaba, pero curiosamente no estaba pensada -al menos de inicio- para formar parte de la discografía de InfoSoc.
«Esta canción la coescribió mi buena amiga Leila Mack, quien por cierto se hace cargo de las vocales femeninas en la misma. Originalmente, estaba ideada para un disco que estábamos haciendo para su grupo, pero las cosas no salieron tan bien y decidimos utilizarla para Information Society, convirtiéndola en un dueto. Creo que funciona mejor así», dijo Robb al diario mexicano Reforma en 2014.
Con una estructura muy simple, la agrupación apeló a los conceptos más básicos y fundamentales de la música que hechiza a los electropoperos y así condensó casi cuatro minutos sin desperdicio alguno.
«Es probablemente una de las canciones más dulzonas que yo haya escrito. Le significará algo en particular a quien alguna vez haya deseado huir con su amor, sabiendo que es algo imposible», expresó Robb con respecto a la temática que aborda la letra.
A pesar de presentarse, a partir de entonces, en clubes mucho más pequeños que los que solían visitar en sus tiempos de gloria, Robb, James Cassidy y un resucitado Harland hicieron de «Run Away» uno de los temas mejor aceptados en los conciertos de la nueva era para una banda que parecía muerta y enterrada para siempre.
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