RADIOLARIA

«Estamos en Los Angeles, en The Palace Theatre, y veremos cómo sale esto».

Así, con semblante relajado, saco negro y camisa blanca, aguardaba Abel Tesfaye, alias The Weeknd, el rodaje del video de «Earned It».

El tema le había sido solicitado expresamente para condimentar las imágenes de Fifty Shades Of Grey, uno de los estrenos más ruidosos y esperados de 2015. Y para no desentonar con la línea de la película, la propia directora del filme, Sam Taylor-Johnson, se hizo cargo igualmente de la configuración del clip.

«Él es un tipo que seduce de inmediato y tiene esa clase de galantería que simplemente te atrapa, te atrapa y no te suelta. Para esta película no había alguien más propicio», le dijo la londinense a E! News.

Sam dispuso una escenografía en dicho teatro acorde con las texturas «rojas» del universo Grey y con el ambiente de cachondez que desde el mismísimo proceso de marketing de la producción se planteó. Así, The Weeknd aparece en el video con siete bailarinas de burlesque semidesnudas y con la irrupción final de Dakota Johnson, protagonista de la película, suspendida sobre el escenario con varias cuerdas e igualmente casi desnuda.

«El filme y mi música hacen una combinación celestial. Si escuchas mi más reciente disco o cualquiera de las cosas que he trabajado en el pasado, te darás cuenta de que es muy Fifty Shades of Grey. La producción me pidió componer algunas cosas para ciertas escenas. El video es increíble y me mueve en un buen sentido», comentó Abel, fanático confeso de R. Kelly, Michael Jackson y Prince, y un tipo que en sus primeras entrevistas se flageló diciendo que era el hombre más aburrido con quien uno pudiese charlar.

Un baluarte de ascendencia etíope, un canadiense en franco ascenso y un crooner cuya sofisticada y sensual voz parecería quedar lejos de los temas abordados por él mismo en 2011: sexo desenfrenado, placeres tóxicos, excesos de madrugada, dinero malgastado, afición por la cocaína, bacanales, culpa, una dosis de nihilismo y otras tantas de devastación emocional.

Así engatusó a la industria desde sus primeros mixtapes publicados en aquel año. Y dicha fórmula de olores callejeros fue exitosa al grado de que los veredictos de medios como Pitchfork y The Guardian, por nombrar sólo un par, lo llevaron a encumbrarse más rápido de lo esperado. No fue raro, entonces, que la cuadrilla encargada de realizar la película más morbosa del año solicitara sus servicios.

Está claro que la música y el sexo vehemente maridan tan exquisitamente como una trilogía de libros rojos y los falsetes de un negro con rastas.

«Girl you’re worth it, always worth it and you deserve it, the way you work it, ‘cause girl… you earned it»