«Try, Try, Try», una de las canciones más bellas y melódicas de Machina: The Machines Of God, álbum con el que Billy Corgan pensaba matar a The Smashing Pumpkins, salió de la nada. De hecho, para ser más precisos, ni el propio pelón de Chicago sabe el origen de la composición.
Quizá por eso resultó curioso que la incluyera en el set de la famosa emisión de VH1, Storytellers, en la que los artistas suelen desahogar los motivos y razones que los han llevado a crear piezas memorables y otras no tanto. Corgan, irreverente como siempre y enemigo de los códigos que sigue la industria musical, asistió a dicho programa a soltar un buen número de inconsistencias que, si acaso algunos, comprendieron.
«El proceso del álbum se estaba complicando en muchos sentidos, así que mi novia y yo tomamos unas vacaciones en Long Island. Nos hospedamos en el hotel equivocado, digo, los tipos más cercanos a nuestra edad eran como 30 años más viejos que nosotros. Un día estábamos en la playa y empecé a tocar con la guitarra este riff y a cantar estupideces como ‘Try to hold on, try to hold on’. Mi novia me cuestionó: ‘¿Todas las canciones que haces tienen que ser tan tristes?’», contó Billy.
Está de sobra decir que el líder de Smashing se enredó más y más con la explicación, mientras los fans, más benévolos que nada, lo apoyaban con aplausos aunque no entendieran una pizca de la historia.
Al final, el músico fue sensato y dijo que, muy en el fondo, había un elemento existencial en la referida creación que fue ubicada como el último sencillo promocional de Machina.
«Algo interesante que he sacado de las críticas que he recibido acerca mis canciones es que dicen ‘los temas no parecen tan personales como solían ser’ y ‘no son dramáticos ni emocionales’. Lo que diría con respecto a una canción como esta es que estoy de acuerdo, pero eso es porque creo que me he vuelto más frío en mi vida. Todo lo que me ha sucedido me ha hecho distanciarme de mis sentimientos y por eso, cuando compongo un tema como ‘Try’, sí estoy expresando mi sentir aunque la gente no lo entienda. Es la versión fría de mi persona».
Y ahí, en el punto más gélido de la carrera de Corgan, los Pumpkins grabaron el «último disco de su carrera» y salieron de gira para decir adiós. Ya luego se tragarían su necedad y renacerían con otra alineación que, a juicio de muchos, no merece siquiera la comparación con la pandilla clásica, la noventera.
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