Más allá de su merecida nominación al Grammy, «Ready To Start» es uno de los tracks catárticos en el muy celebrado The Suburbs que lanzó The Arcade Fire en 2010.
Se trataba de un tema vehemente desde sus primerísimos sonidos y cuyos versos iniciales («If the business men drink my blood, like the kids in art school said they would, then I guess I’ll begin again«) hacían que uno se preguntase qué pasaba exactamente por la mente del excéntrico Win Butler.
«Para mí lo trascendental de ‘Ready To Start’ tiene su origen en mis clases de arte en la escuela, donde conocí individuos que realmente habían definido y establecido normas y reglas alrededor del arte», comentó Win a la revista Rolling Stone.
«Yo, por mi parte, quería hacer algo en el mundo sin preocuparme demasiado por ser encasillado ni inquietarme tanto por las reglas».
El corte, infaltable en el listado de canciones de la extenuante gira internacional que emprendió Arcade para promover su nostálgica obra de aquel año, fue apenas un ejemplo más de las regresiones que Butler experimentó con tal de recuperar y plasmar parte de su pasado que tanto lo marcó. Su hermano Will daría fe de ello al abordar las ideas detrás del álbum.
«Parte de la inspiración del disco fue la intención de Win de adentrarse en sentimientos muy particulares acerca de la infancia en los suburbios, justo antes de que la vejez lo hiciera perder todas esas memorias y recuerdos», le dijo el otro Butler al diario Reforma en agosto de 2010.
El título de «Ready To Start» quedó perfecto para una composición que fue, de hecho, la primera semilla del periodo The Suburbs. Sus primeros sonidos se gestaron en la primavera del 2009, cuando la banda se reencontró después de un año de descanso y de intentar readaptarse a la «vida normal».
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