RADIOLARIA

¿Baladas románticas al estilo Pearl Jam? Suena a disparate.

Quizá por eso el propio Eddie Vedder tuvo que admitir que fue hasta 2009 cuando una de sus composiciones se acercó demasía a tal concepto que otras bandas de rock manejan como parte de su estilo para doblar almas y romper corazones. Se refirió, en específico, a «Just Breathe», segundo single del álbum Backspacer, publicado en octubre de aquel año.

«Es lo más que nos hemos aproximado a una canción de amor en nuestra carrera», declaró Vedder a la estación de radio canadiense, The Edge.

Algunos fans notarán grandes semejanzas entre el inicio de la pieza y un tema instrumental llamado «Tuolumne«, mismo que Vedder incluyó en el soundtrack de la película Into The Wild (2007). Hay razón para ello, puesto que el nativo de Illinois desató de unas cuantas notas un puente nuevo que, a su vez, fue aderezado por algo más melódico, hasta crear una composición fresca, una balada. Mismo inicio, diversos finales, diferentes cortes.

A pesar de ser una «nena» muy distinta al tipo de musa que Pearl Jam prefiere, «Just Breathe» encontró gran aceptación entre los seguidores de la agrupación. Especialmente se recuerda el estruendo que causaron los primeros acordes de la misma durante la actuación del grupo en Lollapalooza Chile, en 2013. Eddie, sudoroso y con su guitarra acústica colgada al hombro, le dijo a la multitud aquella noche que era hora de tomar un respiro.

Aquella corta frase que desató gritos de los chilenos sostenía una correspondencia con las entrañas de la letra, en la que Vedder profundizó con respecto a una relación de pareja que necesita retomar los básicos, la cercanía y la intimidad.

«Nunca hay un rato aburrido cuando estamos de gira. Todos los días sucede algo en particular y tal vez por eso mi meta es encontrar esos minutos de calma. Lo que quiere expresar la canción es precisamente eso: ‘Paren un momento y júntense, dejen de hablar, respiren y estén el uno para el otro… ahora que los niños ya están dormidos en su cama’», le explicó el artista al rotativocanadiense The Globe and Mail, de Toronto.

Primera vez que el potentísimo sexteto de Seattle fue capaz de abrir una tregua… y susurrarnos al oído.

«Stay with me… you’re all I see. Did I say that I need you? Did I say that I want you? Oh, if I didn’t I’m a fool you see…«