Y un buen día, el sueño de Dido se convirtió en polvo.
Tras poco una docena de años agarrada de la mano de su novio, el apuesto abogado Bob Page, todo se acabó en algún momento de 2002. Y de las ruinas emergió «White Flag», una composición cuyo título envuelve esa señal de completa rendición en sucesos bélicos o de conflicto entre partes.
Sin embargo, la londinense apuntaba al caso opuesto: a no claudicar y a aferrarse desesperadamente al amor que tenía pensado para algo así como el resto de su vida. Todo… en el marco del derrumbe del compromiso formal que la pareja había adquirido, precisamente cuando el Daily Mail reportó que algunas revistas del corazón ofrecían cerca de 300,000 libras esterlinas con tal de tener la cobertura exclusivísima del encuentro matrimonial. Ahora la comidilla en la isla tenía otro fundamento, luego de que se confirmara que la cantante había dejado el flat que compartía con Page. El amor estaba en bancarrota.
«Es una canción que implicó mucha turbulencia al escribirla. Y en ocasiones también es muy difícil de cantar, dependiendo del estado de ánimo en que me encuentre o de lo mucho que haya bebido», confesó Dido a sus fanáticos durante el show que ofreció en la Brixton Academy, en agosto de 2004. «Es posiblemente un tema que jamás debí escribir, porque involucra un montón de problemas en mi vida. Pero, bueno, lo hice…»
Las letras eran carne viva, expuesta a mediodía. Porque no se entrometía una sombra en el desahogo de la chica de 32 años con respecto al hombre que había sido su inspiración y faro previo a la edición de No Angel, su exitoso debut de estudio. Como certificados tangibles del impacto inmediato que tuvo en ella existen «Here With Me» y «Thank You», joyas compuestas menos de 24 horas después de que ambos se conocieron en un club nocturno de Londres.
Pero más se recuerda la manera en que la inglesa sacó el corazón a la intemperie para hablar de Page justo en la época en que fue reconocida con dos estatuillas en los Brit Awards de 2002. «Todos lo aman. Si me disgusto, él es cálido conmigo. Con la gente suelo decir en broma que lo quieren más que a mí porque es una de las pocas personas que puede controlarme y evitar que me siga portando mal. Lo amo por eso, Bob es adorable y es la gran razón por la cual sigo adelante», declaró con sonrisa almibarada y ojos fulgurantes.
Ironía grande, la cantautora sería otra vez protagonista en los Brit de 2004 al adjudicarse sin tanta dificultad el premio Best British Single con «White Flag». Pero el mentado abogado, que había fungido de nuevo como inspiración de este sencillo inaugural de Life For Rent, ya no sería el centro del discurso de agradecimiento que ella dio vía remota con un semblante digno de quien debe soportar un procedimiento burocrático. Giro dado. Se había bajado el switch. El alma tijereteada y la congoja eran evidentes en el enlace con sus fans.
A partir de ahí, Dido concretaría una mentira. Sí sería capaz de seguir con su carrera, a pesar de que el adorable y carismático Bob, el que evitaba que se portara mal, ya no estuviera junto a ella ni hiciera de sus días episodios fluorescentes.
«I will go down with this ship and I won’t put my hands up and surrender, there will be no white flag above my door, I’m in love and always will be…»
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