Décimo lugar en el Billboard Hot 100, sexto en el UK Singles Chart, quinto en el Canadian Hot 100… y buenas notas en varios países más.
Por popularidad, «Shiny Happy People» ha sido uno de los sencillos más prolíficos en los 31 años que duró la carrera de R.E.M., a pesar de que, varios años después de aquel 1991, en que la banda de Georgia se llevó el Grammy con Out of Time, el corte fue pesadamente digerido y empezó a ser incluido en diversos listados de «lo peor» de la música. Quizá la prensa no perdonaba que estos paladines de la crítica contra los abusos imperiales se disfrazaran, durante unos minutos, de goma de mascar musical.
«Siempre estuve en paz con esa canción. Sólo me resulta un tanto vergonzoso que fuera un hit tan grande a nivel internacional», opinó Michael Stipe en 2011, justo después de anunciar la despedida de la agrupación.
«Es una canción bubblegum, pero no está del todo mal porque muestra un lado distinto de nosotros. Mucha gente tiene la idea de que R.E.M., y yo en particular, somos algo muy serio, siendo yo algo así como un poeta. De hecho, soy bastante gracioso, mis amigos lo piensan, mi familia y mi novio también, así que debe ser cierto».
Después del trancazo mediático y musical que significó «Losing my Religion» como single en febrero de 1991, «Shiny Happy People» fue un digno sucesor que contó con la pintoresca colaboración de Kate Pierson, de los B-52’s, y que rompió por completo con todo lo que los fans hubieran esperado del entonces cuarteto.
Se trataba de expresar pura felicidad, aunque decidieron «castigar» a la composición en sus conciertos porque, como dijo alguna vez el crítico español, Diego A. Manrique, corría el riesgo de convocar a un público erróneo, más pachanguero que reflexivo.
«No podría decir que estoy avergonzado por la canción, pero es lo que es, tiene un encanto limitado. Sólo eso, no hablaré mal porque podría haber alguien a quien la misma le signifique grandes cosas, a quien le represente algo esencial en su vida. No puedo arrebatarles eso», le dijo Stipe a Contact Music en 2003.
Curiosamente ese décimo sitio en el Billboard Hot 100 fue la última ocasión en que R.E.M. colocó una canción en tal Top 10 estadounidense, a pesar de que la banda siguió construyendo grandes piezas que respetaban más su esencia como grupo alternativo y cuadrilla de capricho en contra del pop más dulzón y pegajoso.
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