La primera flor provino de Brian Eno cuando declaró al portal oficial de U2: «Fue la experiencia más mágica que he tenido en un estudio de grabación».
La segunda… la dio la revista Rolling Stone cuando colocó la composición como la mejor del 2009 y la incluyó un año después en el puesto 160 de su lista de Las 500 Mejores Canciones de todos los tiempos.
Tales elogios correspondieron a «Moment Of Surrender».
Por si no fuera suficiente, la propia Rolling Stone la calificó como «la canción más devastadora de la banda desde ‘One’». 18 largos años pasaron entre ambos temas y, quizá por este motivo, Eno se enfrascó en discusiones con Bono y The Edge con tal de convencerlos de que éste fuese el primer sencillo de No Line on the Horizon en 2009.
«Creo que muy pocas bandas en el mundo pueden lanzar una canción así como primer single y lograr exposición en la radio. Habría servido como un golpe de autoridad, en el que la banda expresara ‘Ok, hemos tomado un camino distinto, vengan con nosotros’», consideró Eno.
En el corazón de los líricos, en el centro de la historia, Bono se refirió a un descorazonado junkie viajando en el metro, justo en un momento en el que, como adicto, se rinde y admite que necesita ayuda. Brian lo describió como un ser en extremo vulnerable y en agonía. Todo con improvisaciones deslumbrantes y un ritmo sincopado que hizo recordar las épocas de The Joshua Tree.
«Ahí está nuestro pequeño planeta azul y verde, y algunas personas intentando resistir con todas sus fuerzas para no sucumbir. Esta canción es para ustedes», expresó Bono antes de interpretar la mencionada pieza en el Rose Bowl, el 25 de octubre de 2009.
Al final, el ferviente deseo de Eno no se cumplió porque el primer sencillo del disco, elegido por los integrantes de la banda, fue el decepcionante «Get On Your Boots». Y muy lejos de ello «Moment Of Surrender» ni siquiera fue tomado en cuenta como material promocional del álbum, aunque sí fue ubicado como el corte número 23 en 109 de los 113 recitales que construyeron el 360 Tour. Es decir… el tema de cierre de cada velada, el instante en que U2 aceptó que no podía más y se rindió.
«I was speeding on the subway, through the stations of the cross, every eye looking every other way, counting down till the pain would stop.»
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