En la cima de Laurel Canyon

morrison.jpgEn cierto momento de 1967, mientras le caía encima una de tantas depresiones y mucho antes de lucir aquella gran barriga que atestiguó su fallecimiento en una tina parisina, Jim Morrison subió a lo más alto de una colina en Los Angeles, acompañado por Robby Krieger y John Densmore.

Y esa misma tarde surgió «People Are Strange», corte brevísimo, pero básico, dentro de la musculosa enciclopedia de The Doors.

Conversando en 2013 con Guitar World, Krieger reveló cómo en 30 minutos una inspiración huracanada dio pie a esta perla que esencialmente abordaba el asunto de la alienación y que el 7 de marzo de 1967 fue probada en vivo al interior del club The Matrix, en San Francisco.

«Un día Jim llegó a mi casa en Laurel Canyon inmerso uno de sus típicos momentos bajos y suicidas. John le dijo ‘Vamos Jim, salgamos a ver la puesta de sol, eso te sacará de este estado.’ Subimos a la cima y nos encontramos con una vista hermosa, el sol rebotaba literalmente en la parte alta de las nubes. Jim dijo… ‘Wow, ahora sé por qué me sentía así. Es porque si eres extraño, la gente es extraña.’ Y escribió la letra ahí. Después yo hice la música y regresamos», contó el guitarrista.

Cuando se trata de exponer la ondulante manera en que Morrison cruzó fronteras y convirtió sus frecuentes ganas de morir en una obra dorada de dos minutos, todo se presta a especulaciones, pero el recuerdo de John Densmore no es demasiado diferente al de Robby, con quien compartía la casa 8826 de la avenida Lookout Mountain.

«Jim dijo ‘Sí, me siento excelentemente bien acerca de esta canción. Llegó de golpe, como un flashazo.’ Estaba sentado allá arriba mirando la ciudad. Sus ojos brillaban por la emoción. ‘Lo garabateé tan rápido como pude, me sentí feliz por haber escrito de nuevo.’ Miró el papel arrugado y luego cantó el coro con su hechizante voz bluesera», detalló el baterista en su libro Riders on the Storm: My Life with Jim Morrison and The Doors.

«People Are Strange» abre tanda con cuatro inmaculados rasgueos de Krieger que pocos olvidan, para después concederle la palabra al Jim de 23 años, con su voz aflorada y candorosa de entonces, capaz de convertir los grandes ciclones en una fuentecita mojando en cámara lenta. Comienzo que, a oídos de la numerosa grey del cuarteto de California, es uno de los más pulidos en Strange Days, disco colocado en el mercado en septiembre de 1967, barnizado por la exquisita producción del neoyorquino Paul Allen Rotchild.

Composición de gran altura… como su mismo origen, merecedora del sitio 12 en el Billboard y causante de un racimo nutrido de covers mediocres en el que quizá destaca solamente el que los británicos Echo and the Bunnymen compusieron 20 años después para la banda sonora de la cinta The Lost Boys, curiosamente producido por el tecladista de The Doors, Ray Manzarek.

Laurel Canyon, santuario de decenas de leyendas del rock sesentero y sitio ideal para que los raros, como aquel Morrison veinteañero, se sientan mejor en un mundo que siempre se verá menos aciago y agobiante desde la cima de una colina bañada en sol.

«When you’re strange, faces come out of the rain; when you’re strange… no one remembers your name…»

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4 respuestas a “En la cima de Laurel Canyon”

  1. The Doors abren las puertas de la percepción de muchos melómanos.

  2. Me identifico con esa canción demasiado.

  3. Jmmmm y yo que luego luego la ubique por ser la de The Lost boys pero seguro que la que hicieron en esa película es un cover entonces no? jajaja, no sabía que era de ellos
    Jmmmmm, bien la canción, y bien la letra, para mi casi todos son extraños afuera

    Tqmmmm!!!

  4. Excelente post.

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