RADIOLARIA

El 5 de diciembre de 1791 Wolfgang Amadeus Mozart murió. Y el 29 de marzo de 1986, casi 71,000 días después, un himno electrorockero creado en su honor alcanzó la cúspide del Billboard.

Como si compartir país de origen con el prodigio de Salzburgo le proveyera de una prerrogativa musical, y en plena fiebre del filme de Milos Forman, Amadeus, el austriaco Johann Hölzel, conocido en la esfera artística como Falco, compuso “Rock Me Amadeus”, tema centrado en la vida, obra, habilidades y aventuras del compositor clásico, a quien muchos han llamado “el primer punk de la historia”.

Abanderando el álbum Falco 3, el contagioso single en el cual metieron mano los productores Rob y Ferdi Bolland se viralizó en plena mitad de los ochentas y se hizo un torbellino mediático que arrasó en las listas de Alemania, España, Francia, Reino Unido, Italia, Japón, Rusia, Suecia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y, por supuesto, Austria, donde paradójicamente el músico sentía que no encajaba. “‘Rock Me Amadeus’ fue un gran hit sin contrato de por medio, un caso que no suele suceder. Cuando un sello alemán me ofreció un contrato de cinco millones de dólares, lo firmé, pero eventualmente me perjudicó mucho porque a partir de ‘Amadeus’ se desataron excesos relacionados con el alcohol. Esa canción fue el comienzo del fin para mí”, aceptó Falco al semanario alemán Bunte en 1997.

Con un pintoresco video difundido por MTV y una versión de la pieza adaptada para el mercado norteamericano en la que se detallan los highlights de los treinta y cinco años que Mozart vivió, el austriaco se dio a conocer al otro lado del Atlántico, habiendo ya despachado millones de copias en Europa con “Der Kommissar”, hitazo que modificó y replanteó el día a día de un hombre que empezó rasgando el bajo en las banquetas para posteriormente establecerse la epicéntrica Berlín. Alguien le dijo que ahí, sin demasiados líos, podría toparse un martes por la tarde con su máximo ídolo: un tal David Bowie. “Con este número uno bien pude haberme mudado a América, pero sé que me habría acostado con la mitad de Beverly Hills y a estas alturas ya estaría muerto por la cocaína, la heroína y la nicotina. Jamás habría podido tener una carrera allá como lo hizo (Arnold) Schwarzenegger”, añadió en la citada entrevista.

Mientras “Rock Me Amadeus” sonaba en las discotecas y rompía la historia como el único corte de habla germana capaz de conquistar el Billboard Hot 100, Falco intentó concebir su tour con los ojos de un turista común y corriente. Sin embargo, al volver a Europa pesaba casi noventa kilos y se bebía siete botellas de whisky por semana. “Los seres humanos anhelamos escalar montañas, pero solemos olvidar que debemos bajar de una montaña antes de subir la próxima”, le había dicho tiempo atrás a Dick Clark en televisión.

El 6 de febrero de 1998, justo cuando horneaba su disco Out of the Dark, en el que abordaba las adicciones desde la posición de un hombre atado a la cocaína y flagelado por la depresión, Falco falleció cuando un autobús embistió de frente su Mitsubishi Montero en una carretera de República Dominicana.

En una enésima nueva versión de “Rock Me Amadeus” se decidió que la parte biográfica de Mozart fue reemplazada por la vida del propio Falco. Dados los acontecimientos, hubo quien pensó que inspirarse en vivencias ajenas había quedado rebasado.