En un concierto en Amsterdam, en abril de 1988, Leonard Cohen se dirigió así a su público: «Ésta es una canción terrible. Habla de mis más oscuros pensamientos. Aquí va».
Y comenzó a sonar «Everybody Knows».
La gente se volvió loca a pesar del humor negro y el misterio que siempre ha estado asociado a este clásico del poeta canadiense. Al respecto, cientos de veces se ha intentado saber cuál es el significado y origen reales de tan «covereada» composición que perteneció al disco I’m Your Man, de ese mismo 1988.
Cohen ha respondido a cuentagotas, como le gusta, como le place, dejando huecos en la historia y desconectando los intentos lógicos de traducir sus letras en algo comprensible.
No por nada, a menudo, ha variado versos en muchos de los conciertos que ha ofrecido a lo largo de su carrera, dada la estructura de «Everybody Knows», como sucedió en el show que dio en San Sebastián ese mismo año: «Everybody knows that Jesus was born in Bethlehem without a single dime, everybody knows the homeless people could be himself some other time, everybody knows the deal is rotten….«.
Al menos en una charla con la revista Poetry Commotion, Leonard colocó un poco de luz sobre la línea que reza «Everybody knows the plague is coming«…
«En el modo más elemental, la plaga es el SIDA. Pero hay otra variante de plaga en la cual el SIDA es sólo uno de los síntomas. Si damos por hecho que el mal tiene en realidad un origen psíquico, entonces hay una plaga de alienación, separación y pánico, una sensación de no tener el control sobre las cosas», externó el cantautor.
En 1988, cuando Cohen dio esta declaración, existía un enorme temor hacia este mal en todo el mundo. Fueron reportados en diciembre de ese año 82,362 casos de SIDA en Estados Unidos, así como 61,816 muertes.
En efecto, nadie tenía control sobre ello, sobre ese enemigo voraz, sanguíneo, invisible, incontenible… aunque todos lo conocían, todos sabían de él.
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