En 1997 «Tourniquet» tuvo un video espeluznante, mostrando al Marilyn Manson más interesante y mediático hasta entonces.
Las imágenes perturbadoras del clip dirigido por Floria Sigismondi, para no variar, emanaron de uno de los sueños del vocalista de la banda que enfrentaba al planeta entero con su nuevo disco bajo el brazo: Antichrist Superstar.
«Siempre tuve una serie de sueños en los que construía a una niña con extremidades prostéticas. También eran parte de ello mi propio cabello y dientes que había guardado cuando niño para completar esta creación ritualística», le dijo Manson a la revista Rolling Stone en enero de 1997.
Fue el año en que el polémico artista disfrutaba de girar y, paradójicamente, perder a menudo el control de sus fans en los conciertos. Las páginas que se escribieron al respecto reseñaban episodios como el del show en el Sunrise Musical Theater de Fort Lauderdale, donde los seguidores ubicados en las primeras filas arrancaron un sinfín de butacas, provocándole heridas profundas a Twiggy Ramirez con un largo trozo de madera. O aquel recital en el que un chico arrojó al escenario un escorpión, sin saber que este animal es uno de los poquísimos motivos por los cuales Marilyn puede tener un severo arranque de pánico.
No por nada casi en cada presentación la policía desplegaba un buen número de efectivos para cuidar el orden o contener los desplantes, además de que frecuentemente se grababa lo sucedido al interior de los recintos. Por la propia reputación de Manson, bastaban dos que tres insinuaciones, desnudez u obscenidad para detener todo y justificar el arresto.
«Tourniquet» fue una de las canciones más tocadas en aquel tour y la que lograba que la audiencia entrase en un trance distinto, propio del álbum más exitoso en la carrera de la cuadrilla.
«She’s made of hair and bone and little teeth and things I cannot speak«, lanzaba el escuálido frontman, mientras miles de súbditos hacían de su sueño un motivo perfecto para enloquecer.
Con el tiempo se comprobaría que el artista siempre ha estado 200 veces más cuerdo que sus seguidores.
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