¿»Father And Son», aquel estupendo e histórico tema de Cat Stevens, es autobiográfico? No se sabe con seguridad, pero al menos la historia tiene hilos de relación con la vida del cantautor.
Las letras refieren a una familia ficticia de Rusia dentro de la cual uno de los hijos desea unirse a un movimiento revolucionario, en contraparte al padre, quien quiere que se quede en el nido y trabaje en la granja.
Para la composición de 1970, Cat Stevens (llamado así por una antigua novia que dijo que tenía ojos de gato) quizá aplicó parte de lo que le ocurrió en la infancia, aunque con matices, según reveló en su intervención en The Chris Isaak Hour, en 2009.
«Mi padre tenía un restaurante y yo era ya una estrella pop, así que podemos decir que no seguí el camino que él ponía frente a mí. Sin embargo, puedo decir que no existía antagonismo entre nosotros, yo lo amaba y él a mí», dijo Steven Demetre Georgiou.
El negocio londinense se llamaba Moulin Rouge y estaba en Shaftesbury Avenue, muy cerca de Piccadilly Circus. La familia vivía arriba del restaurante y todos contribuían con labores específicas. Fue cuando el joven desarrolló un gran interés por el piano y la guitarra, además de que pasaba horas en el techo del hogar escuchando la música y el sonido de los musicales de las calles contiguas.
Stevens ya se había referido a «Father And Son» justo en los tiempos en los que llevaba su tour de 1972 a Australia, un país en el que se había vuelto un fenómeno masivo y en el cual le esperaban vastos reconocimientos, como un total de 21 discos de oro.
«Nunca entendí por completo a mi padre, pero siempre me dejó hacer lo que yo quería, me dejó volar. ‘Father And Son’ es para la gente que no puede soltarse las amarras», decía entonces el artista, el mismo que por esos ayeres señaló que no se casaría porque ya había contraído nupcias con la música.
El eternamente misterioso Stevens, el inescrutable, el impenetrable.
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