A-ha siempre tuvo una relación especial con la tecnología… y con la vida.
Más allá de la forma de conceptualizar el video de «Take On Me», el cual rompió los estándares de la época en cuanto a la manufactura de un clip y su explotación en MTV, la banda noruega dio otro golpe de mesa a mediados de los 80 con «The Sun Always Shines On T.V.», uno de esos himnos ochenteros que atrajeron la atención desde el mismísimo título. ¿Qué significaba algo así?
De entrada, un alarido de desesperación en un mundo copado por el monstruoso aparato que se apoderó de los hogares y que, al menos en los años 80, dictaba a placer la manera de actuar, determinaba contenidos y nos enfrentaba con nuestras debilidades más viciosas. Dejarnos llevar por la televisión se volvió tan exquisito que nos horrorizamos.
«I fear the crazed and lonely looks the mirror’s sending me… these days«, rezaba la parte media de esta composición que llegó a instalarse en la cima del chart en Reino Unido y que confirmó a A-ha como una fuerza nórdica bestial, más allá de los paisajes y fronteras hermosas de Oslo.
«‘The Sun Always Shines On T.V.’ fue hecha en uno de esos días de bajoneo. Yo y Magne Furuholmen estábamos en un cuarto de hotel mirando televisión en un día lluvioso y el presentador de un programa decía algo así como ‘Es un día gris, pero, como siempre, el sol siempre brilla en televisión’. La canción habla justamente del poder de la televisión y la forma en que ésta presenta los hechos de la vida», dijo Päl Waaktaar, guitarrista de la banda, según 1000 UK #1 Hits.
Trasladado al presente es muy probable que las cosas no hayan cambiado demasiado en el fondo, aunque el ser humano sienta que decide un poco más que antes con respecto a la oferta televisiva.
Pero lejos de toda polémica, como bien dijo el propio Magne hace unos años, a final de cuentas «para los escandinavos la melancolía no es mala, sino solamente algo que pica y que nos obliga a rascarnos».
Eso sí, muchos fans de A-ha aún se sienten aturdidos y hasta ofendidos por el gran parecido entre esta pieza y «Beautiful Day», de U2.
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