RADIOLARIA

El álbum negro de Metallica fue como una granizada. En un mismo aguacero cayeron tantas gotas de elogios como trozos de críticas porque la banda californiana se había «suavizado».

Al tiempo, el disco se convirtió en uno de los favoritos de los seguidores, y algunos de sus sencillos añejaron con total exquisitez. Uno de ellos, «The Unforgiven», compuesto por Hetfield, Ulrich y Hammett bajo la rarísima lógica de melodías fuertes y coros suaves, fue ejemplo de ello.

El intro que cautivó a millones emanó del score de un filme western, según comentó el propio Hetfield a Classic Albums: Metallica- The Black Album, pero se tocó en reversa con el fin de que no fuese identificado el origen y evitar, así, problemas legales. Hay quienes piensan que se trata de la música de la película For A Few Dollars More, de 1965.

«Es una de esas canciones que son muy personales, obviamente aborda el perdón del mundo y de uno mismo y todo eso que implica resentimiento hacia algo y el cómo lidiar con ello. La melodía jamás se esfumó de mi cabeza, me resulta muy potente», recordó Hetfield en 2012 en una charla con Chris Steefen, quien cuestionó al vocalista con respecto al motivo por el cual se hicieron una segunda y tercera parte del tema.

«Líricamente, muchas cosas siguieron brotando, aunque no tengas en mente hacer una trilogía. Creo que después de ‘The Unforgiven III’, nos sentimos satisfechos. Pienso que estoy en condiciones de perdonar, de perdonarme a mí mismo y seguir adelante».

A juicio del niño malo, ex Metallica y actual líder de Megadeth, Dave Mustaine, «The Unforgiven» es una de las composiciones mejor logradas en la discografía del cuarteto de California.

«Me agradó porque creo que fue la primera vez que escuché cantar auténticamente a James. Lo había hecho antes, es un gran vocalista, pero nunca lo hizo como en esta pieza, aquí sí lo escuché cantar», confesó Dave a la revista Revolver.

Según el productor Bob Rock, el mérito en la interpretación del líder de Metallica tuvo un origen curioso.

«Me dijo: ‘Bob nunca he cantado realmente, siempre he gritado’. Luego puso un disco de Chris Isaak y dijo… ‘En Nothing Else Matters y The Unforgiven quiero cantar. ¿Cómo logro algo así?’», reveló.

«James ya había gritado suficiente a esas alturas de su carrera, así que deseábamos algo distinto. Antes grababa pistas dobles, un track sobre otro track, pero ese proceso no da armonía, no da nada, y por el contrario, muchas veces te resta. Al final, la diferencia fue enorme, logramos una dimensión nueva en su voz, algo realmente profundo», añadió Rock.

Habrá puristas del heavy y del thrash que prefieran gritos feroces, pero al menos 30 millones de fans han decidido escuchar la voz «armónica» de James. Eso ha vendido el disco negro… hasta el momento.