No podía ser de otra forma. Ya para 1984 Depeche Mode había desatado suficiente controversia en Reino Unido con la publicación de su sencillo sadomasoquista, «Master And Servant», cuando se determinó lanzar el 29 de octubre el siguiente single, que sería no menos polémico desde el mismísimo título: «Blasphemous Rumours».
Acompañado de la dulzura de «Somebody» como publicación promocional compartida, hay quien asevera que uno de los hombres que fungía como censor principal en Radio 1 estaba de vacaciones cuando la banda de Basildon lanzó su dardo al mercado, contando con la anuencia de un suplente para su difusión.
A oídos de muchos el tema más brillante de Some Great Reward no sólo erizó la epidermis de los puristas y desató reacciones de los siempre convenientemente presentes grupos moralistas británicos. Al tiempo, algunas estaciones de radio decidieron no colocar en rotación la composición de Martin Gore, la cual exponía situaciones de suicidio, de males y accidentes, pero ante todo, de un sentido del humor de Dios un tanto enfermo.
«Solía ir a la iglesia porque no había mucho por hacer los domingos. En realidad me costaba comprender el ritual, que por un lado es bonito, pero que a la vez dudo mucho que sea lo que Dios propone, particularmente la parte de las peticiones comunitarias en la que el sacerdote eleva plegarias por los enfermos y desahuciados. La primera persona del listado estaba condenada a morir, pero aún así los fieles daban gracias a Dios por hacer su voluntad. Eso me pareció ridículo», declaró Gore, según el libro Black Celebration, de Steve Malins.
Y las «pequeñas misericordias» del Todopoderoso que se expresaban en «Blasphemous Rumours» a través de desgracias como la de una chica que, a causa de un accidente, termina conectada a un aparato de por vida.
«Todo se hizo más grande por el simple hecho de incluir la palabra ‘blasfemia’ en el título, aun cuando todo se reducía a los pensamientos de un hombre que trata de entender lo que pasa en el mundo. De hecho recibimos buena respuesta de asociaciones cristianas, quienes nos dijeron que habían comprendido lo que tratábamos de expresar», expuso por su parte Dave Gahan.
Y luego… vino la lluvia.
Curiosamente, durante la interpretación de «Blasphemous Rumours» en el Rose Bowl de Pasadena, el 18 de junio de 1988, Dave entonaba la frase respectiva al macabro sentido del humor de Dios cuando comenzó una fortísima tormenta eléctrica.
«Todo se cubrió de nubes y, de pronto, empezó a diluviar. Fue una cosa salvaje; ¡era como si los Stones tocaran ‘Sympathy For The Devil’!. Nos regodeamos de gusto», dijo Gahan entre risas en un documental del disco Music For the Masses.
Ciertamente nunca llueve en California en junio, pero…
Opina en Radiolaria