Las masas la aman, los fans la mantienen como un auténtico credo y, aun los lejanos a The Police, la veneran.
Sin embargo, «Every Breath You Take» es una de las composiciones más discordantes de la historia de la música si tomamos en cuenta lo que la gente entiende y la intención que el autor tuvo en un inicio. No es, en absoluto, una belleza que se inserte en las típicas canciones de amor. Por ende, quienes año con año contraen nupcias y colocan la melodía como tema de bodas… quizá no sepan qué hay detrás de la misma.
Sting, el hombre fuerte de aquel legendario trío, compuso el corte bajo la bruma de la entonces difícil separación con su primera esposa, Frances Tomelty. Y todo es narrado desde la óptica de un tipo obsesivo y hasta peligroso que observa todo el tiempo a la mujer deseada.
«Creo que es una canción siniestra. Trata sobre los celos y la posesión. De manera subrepticia hay un personaje desagradable observando cada movimiento, así que me gusta esa ambigüedad que se ha creado. La letra llega a ser sádica», le dijo en 1983 el músico al NME.
Sting reveló en dicha charla que soltó la carcajada en aquel año cuando vio en televisión a Andy Gibb cantando «Every Breath You Take» con una chica, malinterpretando por completo el sentido del tema.
«La letras no son de amor; me oriné de la risa al verlos tan amorosos», dijo el vocalista de The Police, a quien siempre arropó la fantástica e inolvidable guitarra de Andy Summers, inspirado a su vez en Bela Bartok.
Ya cada oyente sabrá si en alguna ocasión habrá merecido de igual modo la burla de Sting, a quien recordamos esta semana porque se cumplen 30 años de la publicación del mítico Synchronicity.
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