Y 35 años después, Black Sabbath lanza hoy un disco nuevo… ¡con Ozzy abordo!
Se titula 13, suena fortísimo, recoge el sonido de los primeros años y es, auténticamente, el «mayor regreso jamás imaginado» en la historia del rock.
Para esta nueva aventura, Sabbath echó mano de un productor de gran prestigio como Rick Rubin, multiganador del Grammy y quien dio guía al álbum más famoso de Slayer, Reign In Blood (1986); al Californication, de Red Hot Chili Peppers (1999); y al 21, de Adele (2011). Con eso basta para explicar el currículum del tipo
Para ahondar en esta resurrección, tuve el privilegio de platicar con Ozzy Osbourne y con Geezer Butler. Ahí, sentados los tres alrededor de una mesa en un hotel de Los Angeles. Los viejos lobos de mar tomando agua simple (no más alcohol), pero eso sí, vestidos de negro, dando la facha de los años de gloria de la banda. Una estampa inmortal.
«Si hubiésemos seguido juntos en los años posteriores a 1978, en que sacamos Never Say Die!, habríamos terminado en un cementerio. Por eso es una gran responsabilidad y supone tanta presión hacer un disco luego de 35 años. Este álbum es el más importante en mi vida y estoy feliz con el resultado», me dijo Ozzy con codos en la mesa, como niño enojado porque no quiere comer lo que cocinó mamá. Así, tal cual.
«En 1978 alcanzamos nuestro momento de mayor infelicidad y, aunque habíamos llegado alto, fue ahí cuando todo se empezó a despedazar», comentó por su parte Butler, quien se encarga de las letras de Sabbath.
El tema que abre 13 se titula «End Of The Beginning» y justo las primeras palabras que lanza Osbourne son «Is this the end of the beginning or the beginning of the end?«. Los amantes de la banda dirán que no se trata de una premonición ni de un retorno que sólo sirve como despedida definitiva. Pero… si así fuera, Ozzy dice que puede morir tranquilo.
«Si estamos lanzando nuestro último álbum, que no creo que sea así, yo feliz. Ya no somos jóvenes, no estamos metidos en la droga ni somos unos alcohólicos imbéciles. Hubo momentos en que pensamos que la banda había muerto, pero por eso estamos tan contentos ahora», sostuvo el hombre oscuro más carismático del mundo, a quien le pregunté al final qué lugar merecía Sabbath en la historia de la música.
«No sé, sólo me guío por el hecho de que seremos recordados. Empezamos con el fin de asustar y hoy me siento honrado de saber que otras bandas nos marcan como influencia, pero no era la intención. Pensé que seríamos buenos un tiempo y luego volveríamos a trabajar en la fábrica».
Y no, jamás regresaron a la fábrica.
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