En medio de todos los monstruos, dioses y mandones del llamado britpop que arrasó a mediados de los años 90… brilló Take That.
Y, en ese mismo sentido, hubo en 1995 un single capaz de quebrar las ilusiones de los fanáticos de Oasis, Pulp y Blur, tres de los principales exponentes de dicho movimiento en Reino Unido en aquel año. La canción si titulaba “Back For Good”.
La composición fue mostrada por primera vez al mundo el 20 de febrero de 1995, justo en la noche de entrega de los Brit Awards, certamen en el que un año después la banda británica encabezada por Gary Barlow (y aderezada por la versión más discreta de Robbie Williams) se alzaría con la victoria en la batalla de los grandes sencillos de la isla. “Back For Good” derrotó en dicha categoría a auténticos himnos generacionales como “Roll With It”, de Oasis; “Country House”, de Blur; y “Disco 2000”, de Pulp.
En el libro The Million Sellers, de la Official Charts Company, “Back For Good”, con emotivos líricos que reflejaban la aceptación de un amor que se ha terminado en definitiva, fue considerado el corte más fino en la carrera de la agrupación. Mérito adjudicable a la inspiración de Barlow que al final se cristalizó en la permanencia de la pieza durante 13 semanas en el chart de la isla, cuatro de ellas en el sitio de honor.
Tiempos de gloria para Take That, y a la vez no, ya que, de forma sorpresiva, en una conferencia de prensa que se realizó el 13 de febrero de 1996, el grupo dio por terminada su relación laboral con una frase que retumbó en los oídos de sus más leales seguidores: “Take That are no more…”.
Legado de oro con ese desenlace inexplicable que se ha vuelto común en las grandes bandas que eligen el mejor momento para decir adiós.
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