El niño le pide a su padre que jueguen con la pelota, pero éste le contesta que no esta vez, que no tiene tiempo, que será después. El pequeño ataja la respuesta y dice que no hay problema, que lejos de cualquier enojo, algún día será como papá.
Alrededor de esto fue compuesta «Cat’s In The Cradle», una maravilla que Harry Chapin lanzó en 1974 y que llegó a la cima del Billboard en ese diciembre, inspirada en el poco caso que le hacía a su hijo y tomada de un poema que había escrito su entonces esposa Sandy Cashmore acerca de los padres que siempre tienen tiempo para todo, menos para convivir con sus pequeños.
“Se llama ‘Cat’s In The Cradle’ y es sobre mi hijo Josh, y honestamente la letra me hace entrar en pánico”, dijo Chapin a una audiencia en aquellos meses.
Mientras avanza la canción, una y otra vez el padre relega a su vástago, ya sea por viajes, por las cuentas que hay que pagar y los negocios que hay que atender. La vorágine de lo cotidiano, nada distinto al mundo de hoy, el cual es lo suficientemente movido como para distraernos de lo realmente importante.
Al final de la melodía, y ya con el padre convertido en anciano, es ahora el hijo adulto quien no tiene tiempo de visitarlo. Los papeles se han invertido, y ahora es éste quien está atado a las mil ocupaciones, cumpliendo uno de los caprichos del destino en los que, como bien dicen por ahí, de tales palos salen tales astillas. Repetición de patrones muchos años después: una de las leyes no escritas del hombre.
“Creo que la razón por la cual la gente acogió a tal nivel esta canción es porque habla de la vida real y muchos han pasado por esta experiencia. Al día de hoy sigo recibiendo cartas de muchos papás que nos dicen que tratarán de ser mejores y de construir un verdadero hogar para sus hijos”, declaraba la viuda Sandy hace unos años.
¿Por qué viuda? Porque irónicamente su esposo Harry, el músico que buscaba ser un mejor padre y atesorar los momentos en familia, murió en un accidente automovilístico en julio de 1981, a los 38 años de edad. Se dirigía a dar un concierto en Nueva York.
Años después de su muerte, su hija Jennifer (hermana de Josh), habló con el Boston Globe acerca de la personalidad del fallecido cantante. Y ahí… tal pareciera que se cumpliese parte de la letra de «Cat’s In The Craddle», pero particularmente, su mensaje.
“Mi padre solía no dormir, comía muy mal y tenía un horario de locos. Siempre… tuvo prisa”, confesó Jennifer.
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