Hace 20 años Def Leppard preparaba un disco singular, titulado Retro-Active, con rarezas, lados B y canciones que no habían pasado «el corte» en las muchas sesiones de grabación de álbumes previos. Embriones sin terminar, mas no por ello menos excelsos.
Sin seguir las pautas habituales de coros intensos y guitarras rítmicas de gran poder, «Two Steps Behind» brilló con luz propia como primer sencillo de ese material cuya portada con una mujer viéndose al espejo derivaba en una fascinante calavera. Siendo lanzado el 20 de septiembre de 1993, hay que admitir que se convirtió a la postre en un mayor hit que «Make Love Like A Man», su cara A editada un año antes como parte de los singles de promoción de Adrenalize.
Las cuerdas de guitarra de «Two Steps…» sonaron con fuerza en Reino Unido, Estados Unidos, Sudáfrica, España, Portugal y algunos países de América Latina, pero ante todo, colocaron a Def de nuevo, y quizá por última ocasión, en la gran pantalla del rock británico. Los álbumes subsecuentes de los chicos de Sheffield, empezando por el polémico Slang en 1996, carecieron del impacto habitual de lo que Leppard produjo especialmente entre 1983 y 1992.
Así, la banda que en su momento se dio el lujo de elegir el orden de publicación de los siete magníficos sencillos de Hysteria (1987) ha batallado durante dos décadas por volver a los primeros sitios con un solo éxito. O será que cierto tipo de rock solamente se da en determinadas décadas, como quizá sucedió con la obra de Def en los años 80. Abundaba todo, lírica, música, chicas, tours de estadio, demanda, devoción total.
Se extraña a esta banda. Han pasado casi 20 años desde la edición de «Two Steps Behind» y aún añoramos que regrese la magia de aquellos paladines carismáticos del pésimamente llamado sugar metal.
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