Para muchos, John Henry Bonham es el mejor baterista de todos los tiempos. Sin embargo, es probable que el otrora integrante de Led Zeppelin tuviera un enorme talento no precisamente relacionado con las baquetas, tal como sugiere la fotografía adherida a este texto.
Nunca se supo si el gran «Bonzo» (segundo de izquierda a derecha) adornó su entrepierna enfundada en esos entallados blancos con algún instrumento de apoyo o si es que en verdad deleitaba a las groupies de un modo completamente diferente al musical.
Como sea, falleció el 25 de septiembre de 1980 ahogándose con su propio vómito luego de beberse alrededor de 40 vasos de vodka. Un visionario de alto voltaje, una bestial influencia hecha hombre para las posteriores generaciones de bateristas, un monstruo barbón, un astro del golpeo, una «enorme» pérdida para el rock.
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