Ya se sabe: Megadeth visitará la Ciudad de México el 19 de septiembre y en el recital interpretará el disco Countdown To Extinction en su totalidad. Un homenaje a ellos mismos y al álbum que hace 20 años fue unánimemente alabado y llevó a la agrupación de thrash metal a los primeros lugares en varias partes del orbe.
Fue, por fin, la obra deseada por Dave Mustaine, como le dijo en 1992 a la publicación Hit Parader: «Grabé el disco que quería grabar, sintiendo que por primera vez este jodido grupo era justamente una banda y no cuatro músicos tocando para conseguir drogas más caras».
Si bien Mustaine mantuvo en las letras los temas de siempre (preocupación por el maltrato a la naturaleza y a los animales, el fin de la raza humana, la guerra y los gobernantes atestados de convicciones bélicas), el disco logró un sonido más refinado, menos potente, más lento, menos caótico. De hecho, fue el primer material en el cual la mascota de la banda, Vic Rattlehead, no apareció en la portada.
Los «thrasheros» más radicales aseguran que Countdown To Extinction fue la reacción rabiosa de Mustaine al disco negro de Metallica, editado un año antes, y que «Symphony Of Destruction» fue la respuesta directa a «Enter Sandman» a nivel de primer single. A la vez, en la letra del tema que da título a este álbum de Megadeth se asegura que Dave criticó claramente la afición de James Hetfield por cazar animales. En fin. Todo cabe en la morbosa y excitante mitología de las denominadas «Thrash Wars».
Lo que hoy sí parece una enorme coincidencia es que Mustaine ha anunciado los conciertos de aniversario de Countdown To Extinction poco después de que Metallica emprendiera su gira conmemorativa del disco negro por tierras europeas.
Sea como sea, tal vez ahora el líder de Megadeth sí disfrute la interpretación en vivo de los cortes de aquella obra, ya que en el respectivo tour de 1992 estuvo a punto de morir tras mezclar un buen número de tranquilizantes con alcohol. Su mujer lo halló inconsciente y con porciones de vómito en las comisuras de la boca, pero al final, el músico sobrevivió.
Un episodio que promovió, irónicamente, las ideas que tenía hace 20 años: una cuenta regresiva a su propia extinción.
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