17 de junio de 1994. Suena excelsa la línea del bajo de Jason Newsted, apoyado en la batería de Lars Ulrich. Mientras esto sucede, James Hetfield elogia la melodía y pregunta al público neoyorquino si le resulta familiar el sonido. Alaridos después, los conmina a «seguir al Dios que falló».
«The God That Failed» no es solamente la sexta canción marcada en el repertorio de este recital de Metallica celebrado en los Orange County Fairgrounds de Middletown como parte de la gira Shit Hits The Sheds; también es el momento de desahogo del propio Hetfield con respecto a su niñez. Valga decirlo: una infancia muy distinta a la de los demás.
«Es una canción acerca de mí siendo forzado desde niño a una creencia religiosa. Mis padres me criaron alrededor de la Ciencia Cristiana, la cual básicamente no cree en doctores», reveló en su momento el cofundador del grupo.
«Hay algunos aspectos valiosos de la religión, pero para un niño es difícil de asimilar. La captas mejor cuando eres más grande».
En sus años escolares y a diferencia de sus amigos, a Hetfield no se le permitió entrar a ciertas clases que tenían que ver con medicina y salud.
«Se me dijo que no necesitaba saber del cuerpo porque lo importante era el alma y Dios debía sanar todo. Me hizo ser una especie de alien fuera de este mundo, suena tonto, pero así era. ‘The God That Failed’ habla de ello y de las repercusiones que tuvo. El título de la canción es un poco pesado para algunos, como si Metallica atacara a la religión, pero para mí son sólo los pensamientos de mi infancia. Es una terapia para mí», agregó James.
Cuando tenía sólo 16 años, James vio a su madre morir de cáncer. Sobra mencionar que tal sistema de curación «exclusivamente espiritual» no permitió la intervención de la medicina para salvar al ser que más amaba el entonces adolescente. Y en la décima canción del álbum Metallica quedó plasmado lo que experimentó y lo que de ello derivó y la eterna pregunta acerca de dónde diablos estaba ese Dios cuando una de sus fieles esperaba el auxilio para escapar del monstruoso tumor.
A los ojos de James… nunca llegó.
«I see faith in your eyes, never your hear the discouraging lies, I hear faith in your cries, broken is the promise, betrayal, the healing hand held back by the deepened nail»
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