RADIOLARIA

No son pocos los que perciben «Pictures Of You» como una de las escasas canciones que provocó una que otra sonrisa dentro del denso, pesimista y envolvente Disintegration, álbum que ideó Robert Smith en favor de su banda The Cure y que salió al mercado en 1989.

Esta atmosférica tonada de más de siete minutos fue colocada como segunda pieza de la placa y como cuarto sencillo promocional, siendo amada y cantadac casi sin distinción por mujeres y hombres durante la totalidad de recitales del Prayer Tour, entre mayo y septiembre de aquel año.

«Es acerca de la idea de aferrarte a alguien. De algún modo nos remonta un poco a una canción como ‘How Beautful You Are’ (1987). La imagen que tienes de alguien no corresponde realmente al modo de ser de esa persona. En ocasiones pierdes contacto con el tipo de individuo en el que esa persona se ha convertido y simplemente quieres aferrarte a lo que alguna vez fue», dijo Robert en su momento a Music Box TV.

En otras entrevistas el compositor reveló que la inspiración de la pieza emanó de un siniestro. Una noche, mientras la agrupación inglesa cenaba en total tranquilidad, se generó una falla eléctrica en la habitación de Smith que desató rápidamente un incendio. Para cuando el grupo se percató, el espacio era un mar de flamas.

Robert sabía que, más allá de los muebles, había tesoros guardados en una cartera de piel, como imágenes de su esposa Mary y ciertas letras de canciones.

«Perdí las fotografías que siempre cargué. Me di cuenta de que contenía viejas imágenes de cosas tomadas incluso antes de mi nacimiento», le explicó el cantante a Select en 1991.

Una de las instantáneas que pudo rescatarse es justo la que se convirtió en portada del sencillo «Pictures Of You», publicado oficialmente en marzo de 1990.

El corte parece no envejecer y se mantiene como uno de los más frecuentes en el repertorio de The Cure. Esos versos y esas notas que provocan que Smith y el bajista Simon Gallup se miren fijamente sobre el escenario, con sus instrumentos entrelazados, como lo hacían en sus épocas de chavales.

Y el trance es bello y nostálgico… y laaaargo.