Incluso en sus ratos más prolíficos – dígase en las sesiones de grabación del disco Some Great Reward– Martin Gore hizo las cosas sin guión.
Una tarde se quitó la ropa en los estudios Hansa de Berlín y con el mesurado Alan Wilder al piano dio vida a «Somebody». Ni el tecladista Andrew Fletcher ni el vocalista Dave Gahan fueron parte de aquel registro en directo. No hicieron falta.
«Es lo que podríamos llamar la primera pieza de interpretación acústica para un disco. De hecho, Martin la cantó desnudo, fue su decisión», recordó Wilder entre risas en un documental lanzado a tono con la remasterización de aquel álbum que Depeche Mode editó en 1984.
A juicio de muchos, esa tarde germinó la interpretación más sentida del inventario depechero en la dulzona voz del rubio que ha disimulado de modo más efectivo sus mañosas intenciones. Desde los latidos que se escuchan en el inicio, la balada mostró músculo suficiente para estrujar corazones durante las siguientes tres décadas.
«Hay muchas historias sobre cómo fue grabada ‘Somebody’. Recuerdo que Dave (Gahan) intentó cantarla, pero no funcionaba con su voz. Había un par de piezas que sonaban mejor con la voz de Martin. No sé qué piense él en retrospectiva, pero creo que terminó siendo una gran canción», recordó en el mismo material Daniel Miller, el productor y mejor amigo que pudieron encontrar los integrantes del grupo durante sus primeros años de carrera.
Lo curioso es que ese tema «de amor» no era tan amoroso en realidad. Era Gore en su estado más puro, tejiendo canciones que sabían a chocolate y a sangre porque la felicidad sin cochambre no existe. «Sin llegar a ser antiamoroso, es un corte de amor crudo», explicó Martin en septiembre de 1984 a un emisario de la Melody Maker.
Seis años después, mientras el grupo de Basildon presumía al mundo su floreado álbum Violator, el artesano de la lírica Mode desenterró las discusiones alrededor de «Somebody» frente al NME: «A mi entender, una pieza complaciente es parcial, no cuenta la historia completa. Por eso le di un giro al final de las letras de ‘Somebody’, porque sentí que todo era muy bonito. Se pensará que soy un tanto cínico con respecto al amor en mis composiciones y puede que lo sea, pero creo que es un enfoque mucho más interesante. Las relaciones tienen un lado oscuro y me gusta escribir sobre éste.»
Por cortos circuitos particularmente con Dave, Alan Wilder abandonó el buque Depeche a mediados de 1995, pero en febrero de 2010, durante la actuación del trío en el Royal Albert Hall, el músico fue llamado al escenario por Gore para encargarse del piano y electrizar londinenses con el single que habían grabado 26 años antes. De nuevo… solamente ellos. Sin Gahan ni Fletcher. No hicieron falta.
Al finalizar, las hordas soltaron un aplauso planetario y varias chicas, recobrando la temperatura, miraron de nuevo a sus maridos tras semejante safari hormonal. Alan y Martin se dieron un abrazo y, sin que el rubio se quitara una sola prenda, el show continuó entre miles de corazones taquicárdicos.
«But when I’m asleep, I want somebody who will put their arms around me and kiss me tenderly, though things like this make me sick, in a case like this, I’ll get away with it…»
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