Fue grabada en mayo de 1995 bajo la producción de Owen Morris y lanzada como esfuerzo promocional en febrero de 1996.
Han pasado más de dos décadas y «Don’t Look Back In Anger» ha perdurado como una de las gemas más alabadas y brillantes de Oasis. Pocos fans perdonaron en su momento la no inclusión de la misma en los recitales de la banda que despuntó en la agonía del siglo pasado como una de las más importantes cuadrillas de rock del planeta.
Noel Gallagher escribió la pieza en un hotel parisino, aunque nunca pudo precisar si esto sucedió en 1993 o 1994. Lo que sí tuvo claro, y su modestia le ayudó a apuntalar tal convicción, es que había escrito una de sus mejores creaciones.
«Fue un gran momento cuando la grabamos en el estudio. Recuerdo haber dicho: ‘Carajo, esto va a ser brillante’», contó el guitarrista durante una entrevista en la cual tomó asiento a pocos centímetros de su hermano Liam, quien, dicho sea de paso, no le permitió adjudicarse todo el crédito del estribillo, ese que solía retumbar en los estadios y convertir la tocada en un acontecimiento de proporciones cósmicas.
«En una prueba de sonido, en la parte de ‘So Sally…‘, yo cantaba otra cosa. Liam se me acercó y me dijo algo como ‘¿Has dicho… So, Sally can wait?’. Le dije que no y él respondió… ‘¡Pues deberías!’», admitió Noel, quien en otras charlas dijo en tono bromista que su hermano le envidiaba el hecho de fuese él el encargado de cantar la pieza en los conciertos.
Otra de las anécdotas ligadas a esta joya del disco (What’s The Story) Morning Glory sucedió años después, cuando la composición bien podía ser ya parte de la materia de historia del arte en Inglaterra.
«Una chica se me acercó y me dijo de manera seria: ‘¿Conoces la canción Don’t Look Back In Anger?’. Le dije que sí y ella preguntó… ‘¿Esa Sally es… Sally Cinnamon?’. Y pensé: ‘¡Qué buena idea, ojalá se me hubiera ocurrido!’», reveló el mayor de los Gallagher.
Es bien sabido en la mitología del britpop «manchesteriano» que «Sally Cinnamon» es el título de una canción que los Stone Roses lanzaron en 1987 con buena recepción y aceptación en tierras británicas.
Con ese intro de piano que recuerda intencionalmente a la «Imagine» de John Lennon, «Don’t Look Back In Anger» llegó sin problemas a la cima del chart de Reino Unido y fue catalogado por diversos medios como uno de los sencillos más grandes en la historia de aquel país. Con un coro en el que los dos Gallagher metieron mano, no podía ser de otro modo.
Y Manchester nunca rugió tan fuerte.
«Trying to start a revolution from my bed, because they said the brains I had went to my head…»
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