Corresponsal de The New York Times y The Washington Post, nominada al Pulitzer por su labor en Palestina y Medio Oriente; ganadora del premio de escritura de Arts & Enterntainment en la Universidad de Missouri, autora de varios libros y creadora del célebre sitio de entretenimiento y medios, TheWrap.
La vida agitada de Sharon Waxman está fuera de duda. Pero en 1993 la estadounidense se topó con una encomienda que se alejaba por completo de los preparativos, bosquejos e investigaciones de una típica periodista antes de realizar una entrevista. Porque, dada la naturaleza de su interlocutor, el formato de la misma debía ser modificado sí o sí.
Sucedió bajo un día muy soleado en los Jardines de Luxemburgo, en el corazón de París. El protagonista fue un niño de cabellos rubios con apenas cuatro años de edad, culpable de la sorpresiva venta de 750,000 copias de «Dur, Dur d’Etre Bebe», una canción chiclosa que acababa de desbancar del primer lugar del chart francés a la monumental «I Will Always Love You», de Whitney Houston.
Su nombre es Jordy Lemoine, hijo de la compositora Patricia Clerget y el otrora productor musical, Claude Lemoine, quienes encontraron suficiente motivación en las porras que la voz del nene recibía en las reuniones familiares y decidieron monetizar el talento ante los ejecutivos de Columbia.
«Mi pequeño canta porque quiere y no piensa mucho en el motivo por el que lo hace», acotó la madre en los primeros minutos de la conversación, mientras el niño, inquieto, pedía que todos se apresuraran para quedar libre e ir por un helado. Aquí no prevalecía la acidez característica del rockstar absorto en el éxito que lo vuelve irresistible e insufrible. Qué importaba que aquel hitazo, motivo de la entrevista, invadiera los listados de popularidad en Bélgica, Austria, Finlandia, Noruega, España, Colombia, Venezuela, Brasil o Corea del Sur. Al acercarse al primer lustro de vida la niñez se robustece desenvainando la lengua y chupando una bola glacial.
«Si el niño tiene equilibrio es porque no hay presión sobre él. Siempre estaba en el estudio con su padre y nos percatamos de que quería tomar el micrófono y cantar, así que decidimos dejarlo», amplió Patricia.
Para moldear los poco más de tres minutos de duración de «Dur, Dur d’Etre Bebe», el padre de Jordy capturó apenas unos instantes de éste cantando y los editó con la paciencia y serenidad de un sastre. El resultado sacudió al mundo en el último trimestre de 1992 y convirtió al pequeño francés en un titán de las discotecas.
«Él entiende que es cantante y que su vida es especial, que es adorado, pero ahora mismo lo relevante es que cuenta con una profesión y eso es realmente positivo», refirió Claude.
El sencillo que se traduce como «Qué duro es ser bebé» impulsó al álbum Pochette Surprise a superar los seis millones de discos despachados a nivel global, escenario de ensueño para los padres que acompañaron a su pequeño a cuanta emisión televisiva los invitó con la finalidad de llevar a cabo el playback más inocente de todos los tiempos.
Sin embargo, con el paso de los años, el crecimiento del niño y la mala toma de decisiones, sucedió lo inevitabe. Primeramente, los padres de Jordy derrocharon todo lo generado por éste en la construcción de una atracción turística que jamás prosperó. Después la pareja se separó. Posteriormente el gobierno francés prohibió rotar las canciones de Jordy por considerar que existía un antecedente de explotación de un niño.
«Mi padre es un manipulador y un paranoico peligroso. No tenemos contacto y me colgó el teléfono cuando le dije que no tenía dinero. No sé si algún día podré perdonarlo», escribió muchos años después el propio Jordy en su autobiografía Je Ne Suis Plus Un Bébé.
Una realidad muy diferente a la época en que destronó a Whitney Houston. Un contexto muy distinto al de aquella entrevista con Waxman sobre los verdes parisinos, donde únicamente importaba abreviar la charla e ir a chupar una bola de helado.
Un reflejo de que ciertamente es bello ser bebé, pero no lo es tanto conocer qué tantas cosas hizo tu familia mientras lo fuiste.
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