RADIOLARIA

«Dirty basements, dirty noise, dirty places coming through, extreme worlds alone. Did you ever like it then?»

Aprovechando las linduras de la red y de los tiempos en que un artista y sus fans no requieren intermediarios, Moby abrió la ventana en febrero de 2014 para ser cuestionado sobre «cualquier cosa» por sus feligreses.

Así pues, a través del sitio Interviewly.com, un seguidor del músico quiso saber lo que había impulsado a éste a crear «Extreme Ways», segundo corte promocional de 18, álbum editado en 2002 y que cargó con el peso de ser secuela del exitosísimo Play (1999).

Las tripas de la canción exponían justamente parte de lo acontecido en ese periodo de tres años, en que el nacido en Harlem paladeó los sabores y excesos de la fama a propósito del citado disco que, contra todos los pronósticos, vendió 10 millones de copias en el mundo, de la mano de nueve sencillos colocados en la radio.

«En el tiempo en que la escribí era una persona demasiado ‘social’. Tomaba mucho, salía seis o siete noches a la semana hasta las 7 de la mañana, así que ‘Extreme Ways’ fue compuesta para enmarcar aquella época y la excitante pero cruda degeneración que era parte de mi vida», contestó al fan el descendiente del escritor Herman Melville.

En cuanto a sonido, el sencillo se aproximaba más a los terrenos de David Bowie que a la electrónica radical de otros trabajos suyos o al mismo blues, otra de las pasiones del norteamericano. No tuvo el impacto de «We Are All Made Of Stars», primer single de 18, pero sí se consolidó con el paso de los años como un tesoro básico de sus sets en directo y, curiosamente, como tema de cierre de más de una entrega de la muy vista saga Bourne, protagonizada por Matt Damon.

Con tanta promoción en diferentes años, poco importó que «Extreme Ways» alcanzara en 2002 el modesto sitio 39 en la escalinata del chart británico. Por encima de listados tradicionales, la pieza que recoge los años de excesos de su creador tiene vida por sí misma.