«Mucha gente nos encasilló como el grupo de ‘Africa’ y ‘Rosanna’ y detesto eso. Tenemos mucha más sustancia que dos canciones.»
Bueno, a nadie le quedó duda del enfado de Steve Lukather, guitarrista de Toto, cuando hubo que hablar con Rock’s Backpages de los cortes más reconocibles en la carrera del colectivo californiano.
Y en cuanto a curiosidades, despuntaba el caso de «Africa», corte de la placa Toto IV que fue interpretado en directo por primera vez el 10 de mayo de 1982, en la ciudad de Osaka.
Apenas ocho días después, uno podía observar al vocalista, tecladista y letrista de la cuadrilla, David Paich, canturreando las letras de la pieza de su inspiración y mirando fijamente a la audiencia japonesa reunida en el fabuloso Budokan de Tokio. El entonces hombre de la barba y la cinta en la frente parecía muy interesado en captar la reacción de la gente, a sabiendas de que en noviembre de aquel año dicha composición sería lanzada como sencillo.
La respuesta fue monstruosa no sólo en los conciertos de la pandilla de California, sino también en la radio. El single cautivó a medio planeta y trepó a lo más alto del Billboard Hot 100 y al tercer sitio en Reino Unido, pese al eterno escepticismo del propio Lukather, quien en 2013 declaró a Ultimate Classic Rock: «Nunca pensé que ‘Africa’ sería un hit. No me hacía sentido en lo absoluto. Al día de hoy no sé lo que las letras significan, musicalmente me resultó un bicho raro».
Jeff Porcaro, el fallecido baterista del grupo y coautor del corte que no estaba presupuestado para formar parte de Toto IV, sino de un disco solista de Paich, explicó en su momento: «Un chico blanco está tratando de escribir una canción sobre África, pero jamás ha estado ahí, así que sólo puede expresar lo que ha visto en televisión».
La realidad es que Paich, por aquellos años, era un asiduo lector de National Geographic y un joven atraído por los comerciales de la UNICEF en televisión.
«Siempre me embrujó África. Fui a una escuela católica de hombres y algunos hermanos iban a ese continente y regresaban. Muchos se debatían entre convertirse en sacerdotes y casarse. Me atrapaban esos pensamientos sobre sacerdotes y trabajadores sociales jóvenes que han ido allá a ayudar a la gente y que han tenido que decidir qué clase de vida llevar… qué hacer, casarse, tener hijos. Así que se mezcló el tema de las decisiones de vida con una fascinación geográfica», dijo David a Grandland.com 33 años después de componer este hitazo.
Ni él ni el resto de la banda imaginaban el alcance y trascendencia que tendría el track. De hecho, fue un ejecutivo de Columbia Records quien les avisó en 1982 que comenzaba a ser un fenómeno como corte dance en las discotecas de Nueva York.
«Se volvió popular, un tanto de culto, y empezó a escalar en los charts. No podíamos creerlo. Aún hoy nos miramos maravillados entre nosotros por la aventura que el camino que ha recorrido la canción», remató Paich.
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