«I am the key to the lock in your house that keeps your toys in the basement…»
Desconocida para todos esos que apenas rozan la piel de Radiohead, pero bien apreciada por los discípulos más radicales de Thom Yorke y su pandilla, «Climbing Up The Walls» ha añejado de forma deliciosa.
No es solamente un track del ’97 al más puro estilo de un vocalista dividido entre el mundo real y el apocalipsis del que muchos hablan. Es también la apertura de un ataúd para que se suelte el chamuco, el muerto y hasta aquellos desafotunados a los que enterraron vivos sin más. La mente sotanera de Yorke, las telarañas de un demente al frente de una banda de rock hablando de un universo aún más loco y jodido.
«Mucha gente no se atreve a dormir con la ventana abierta porque tiene miedo de que los monstruos que viven en su mente de pronto entren. Esta canción es acerca del monstruo en el armario», declaró en su momento Thom.
«Encontré la frase ‘the crack of the waning smile / 15 blows to the skull‘ después de haber leído en The New York Times que 8 de cada 10 asesinos en serie en Estados Unidos cometieron sus fechorías después de 1980 y la mayoría eran de sexo masculino, de entre 30 y 40 años, que acababan de perder su trabajo o habían sufrido un divorcio».
Una curiosidad más acerca de este tema es que fue grabado en la casa de la actriz Jane Seymour, en la localidad inglesa de Bath, mismo sitio en el que The Cure trabajó las sesiones de su muy golpeado disco de 1996, Wild Mood Swings.
«Grabamos en la biblioteca, lugar del cual proviene… ese tono gótico de la canción», contó por su parte el guitarrista Ed O’Brien.
No podía ser de otro modo. Los monstruos eligen bien los lugares de la casa en los que salen a atacar. Y los músicos escogen bien las letras mosqueadas que convertirán en poesía sonora.
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