Sucedió en una noche de 1995. Marianne Faithfull, cantante, actriz y hasta novia de Mick Jagger en cierto momento, regresó a su casa en Irlanda y oprimió el botón de la contestadora para revisar la tirilla de llamadas telefónicas recientes. Una inusual voz con acento no precisamente británico le hizo abrir el ojo de más.
«Recuerdo ese primer mensaje de la máquina: ‘Hola, soy Lars, de Metallica‘», reveló Faithfull en una entrevista que concedió en mayo de 2011.
El baterista danés y mandamás del cuarteto de metal se había puesto en contacto para tararearle una escueta melodía y proponerle unir fuerzas en una canción de su próximo disco de estudio. Con el entusiasmo de una artista en sus últimos cuarentas, Marianne respondió de inmediato al ofrecimiento que en realidad había sido idea del productor Bob Rock específicamente para el tema «The Memory Remains».
«Fuimos a Dublín, allá nos encontramos con ella, bebió dos botellas de vino, salió a fumarse un cigarrillo y luego cantó un poco. ¡Fue perfecto! Puedes captar el olor del cigarro en su voz… es algo increíble», le confesó en aquellos años el vocalista James Hetfield a Speak Easy.
Al tiempo, «The Memory Remains» fue acaso el único tema que libró la feroz embestida de la prensa y de miles de fanáticos del grupo que en una escala general vapulearon el sonido del álbum de 1997, Reload. No faltaron quienes, de plano, declararon extraoficialmente la muerte del «Metallica metalero».
Pero la invitada de honor se mantuvo optimista.
«Yo siempre fui muy fan de ellos y, acerca del disco, creo que es uno de los mejores de la banda. Amo a Metallica», lanzó Faithfull, quien además aparece en el video del single con un coqueto sombrero mientras los ahora perfumados Hetfield y Ulrich, junto a Kirk Hammett y Jason Newsted en versión peloscortos, tocan sobre una gran plataforma giratoria cuyo costo superó los 100,000 dólares.
Lars tenía muy claro el valor de esta osadía que escapaba por completo de la filosofía de los otrora thrasheros: era Faithfull o nadie más. Porque en las credenciales de ésta aparecían colaboraciones con exponentes del tamaño de Nick Cave, Dave Stewart, Beck, Tom Waits, Cat Power y Billy Corgan. Puro rebelde consagrado.
«Es un gran leyenda a la que respeto sobremanera. Ha pasado por muchas cosas en la vida… muchísimo más que lo que le pasa a la mayoría de las personas que habitan este mundo. Ha vivido situaciones buenas y malas, ha recorrido la vida de arriba a abajo. Queríamos su voz porque necesitábamos alguien con personalidad», dijo el europeo en 1998 durante una rueda de prensa. «En cuanto a la canción, la solidez yace en la letra. Es acerca de una estrella que se ha apagado, así que ella era la única con carácter para reflejar ese vigor. La situación la expone James y ella se limita a representar la energía a la que nos referimos».
Resulta curioso que, tras tantas consideraciones para la ecuación, Marianne no pronuncia una palabra en «The Memory Remains», pero tararea la parte que hoy día es cantada por miles de devotos que asisten a los shows de Metallica. Y pese a tantos hits y éxitos incontestables del cuarteto, hay quienes piensan que, en directo, nada supera ese aplastante cántico al unísono que partió de la rugosa y áspera voz de madame Faithfull.
«Fortune, fame, mirror vain, gone insane, but the memory remains…»
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