«Oh! You want to know why I hate you today?»
Así comienza el poema The Eye Of The Poor, el cual fue escrito por Charles Baudelaire por ahí de 1869, y casi de manera idéntica inicia a su vez «How Beautiful You Are», uno de los temas que lanzó The Cure en 1987 como parte del álbum Kiss Me Kiss Me Kiss Me.
El parecido en el contenido de ambas obras es enorme, mas no por ello se puede decir que es plagio. Robert Smith ya traía desde mediados de los años 80 una obsesión por las relaciones que se quiebran de manera súbita.
«Es una de las mejores cosas que he escrito. Durante cuatro años traje en mi cabeza la temática de la canción. Puedes conocer a una persona por años, incluso íntimamente, y de pronto pasa algo y te das cuenta de que todo ha sido un fraude, de que no la conoces en absoluto. Eso no significa que tú seas el que cambia, simplemente implica que la vida te hace comprender de golpe que no sabes nada de los demás», le dijo Smith a la revista Musik Express Sounds en julio de 1987.
En «How Beautiful You Are», pieza que él mismo catalogó como una de las más complejas que ha compuesto en su carrera, el hombre de los labios color sangre quiso aterrizar esas ideas en un personaje ficticio y mostró la decepción que le causaba una mujer que se porta arrogante ante un par de personajes (un padre y su hijo), quienes le resultan ajenos y desagradables y, en consecuencia, pide que no se le acerquen.
«Después leí algo de Baudelaire y esta temática resurgió. Fue cuando quise utilizar la imagen del adulto y el niño. Es un buen ejemplo de la forma en que trabajo. No me gusta inventar cosas, sólo redescubro situaciones que han venido copando mi cabeza. Con esto desarrollé la historia», abundó el líder de The Cure.
Al final de aquella charla con la revista alemana, Smith admitía que la gran tragedia de escribir canciones como la referida es que uno reflexiona necesariamente.
«Aunque tiendo a escribir cuando estoy en ratos de depresión, creo que soy tan feliz o infeliz como cualquier persona. Todos tenemos esas depresiones periódicas. Que alguien me diga quién pretende ser eternamente feliz…».
Un Robert más optimista que el de los tiempos de Pornography o el que resurgiría en la fase de Disintegration. Pero aquí, en 1987, el músico había extraviado la plaga de la infelicidad y nadaba en aguas de paz. Sólo su eterno corte de cabello hacía recordar los pésimamente llamados «años góticos».
“And this is why I hate you and how I understand that no-one ever knows or loves another».
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