«She can lead you to love, she can take you or leave you, she can ask for the truth, but she’ll never believe you«.
En cierto momento, Billy Joel fue al mismo tiempo amigo y enemigo de su baterista Jon Small por una simple razón: se enamoró perdidamente de Elizabeth Weber, la esposa de éste.
Y de esta convicción derivó lo inevitable, una infidelidad secreta que, a su vez, inspiró uno de los cortes más elogiados y aplaudidos en la carrera del artista estadounidense: «She’s Always A Woman».
«Algunas personas dijeron que yo era misógino y comentaron ‘Miren lo que dice sobre esta mujer’. Desde mi perspectiva, la letra es más que entendible: ‘Ella es eso para ti, pero es esto para mí’», le dijo Joel al USA Today en julio de 2008, cuando hizo una revisión de varios de los temas de su añejo disco The Stranger.
La culpa y el tormento interno que experimentó Billy por traicionar a su amigo lo llenaron de deseos de quitarse la vida y, de hecho, el músico intentó suicidarse ingiriendo un líquido para limpiar muebles. Ironía absoluta de la vida: Jon Small lo salvó de morir al llevarlo de emergencia al hospital.
Tiempo después, el cantautor contaría este episodio entre risas, debido a lo ridículo de su intento.
«Busqué veneno en el clóset de mi mamá y encontré una botella con la famosa calavera y los huesitos, pero también había líquido para los muebles y pensé que esto sabría mejor que el veneno, así que lo ingerí. Al final, no pasó a mayores, me eché pedos dos días aromatizando los muebles de mi madre».
El músico y Elizabeth se casaron el 5 de septiembre de 1973, pero el matrimonio sólo duró nueve años.
«Billy siempre actúa mejor en situaciones difíciles, esas que derivan de sus relaciones», le contó Jon Small al New York Times en 2002. Un tipo que, al día de hoy, parece no haber guardado rencor hacia los dos que lo traicionaron.
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